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C. García
Martes, 9 de mayo 2017, 13:21
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La historia de Pascal es una de esas que da testimonio fehaciente de que en el mundo aún hay esperanza para la humanidad. No obstante, también deja claro que todavía queda mucho por hacer para sensibilizar a la totalidad de la población.
Pascal es un cachorro de apenas un año de vida, fue rescatado cuando tenía solo cuatro meses por la asociación 'He'Art of Rescue', en Estambul. Su cuerpo estaba completamente lleno de pegamento y lo tenía todo cubierto de restos de tierra y plantas. Unos niños lo habían utilizado como juguete, sumergiéndolo en pegamento industrial y después arrantrándolo por el barro.
La situacicón de Pascal cuando llegó a la protectora era crítica. Su cuerpo estaba inmovilizado porque la mezcla le había dejado petrificado, como si le hubiesen echado cemento; solo podía sacar la lengua para tratar de quitar inutilmente la masa de su cuerpo.
En la asociación le quitaron toda la capa de pegamento de su cuerpo rapándole todo el pelo. Descubrieron entonces que el cachorro tenía toda su piel abrasada por el componente químico del pegamento y una de sus orejas con principio de necrosis. Para su recuperación, tuvo que llevar un tratamiento medicinal y también psicológico, puesto que Pascal se volvió muy desconfiado con las personas.
Ahora, su vida ha cambiado por completo. Una familia española adoptó a Pascal y vive feliz en nuestro país, con todo su cuerpo recuperado y recibiendo todo el cariño que se merece. Su aspecto es de total vitalidad y su salud está totalmente recuperada.
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