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Marichalar vive en Moscú desde hace seis años. «A España vengo tres días al mes».
«Voy a darle la vuelta a Cuba»

«Voy a darle la vuelta a Cuba»

Álvaro de Marichalar anuncia otra gesta acuática y un nuevo proyecto político con el que piensa acudir a las europeas. Putin es su paradigma

ARANTZA FURUNDARENA

Sábado, 3 de diciembre 2016, 00:51

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Álvaro de Marichalar cabalga de nuevo... sobre 'Numancia', su embarcación. «Llamarla moto náutica me parece poca cosa», puntualiza. El aventurero planea pasarse las navidades «dándole la vuelta a Cuba». En principio en el sentido literal, no político. Su intención era y es «circunnavegar la isla» . Pero ahora que ha muerto Fidel, le ha encontrado también cierto destino ideológico a su nueva gesta deportiva... «Cuba clama por la libertad que le arrebató el castrismo y ayudar a que ese clamor fructifique es un deber de todos los que amamos al pueblo cubano», sentencia. También anuncia que pronto presentará un nuevo proyecto político y lo cuenta con enardecido entusiasmo patriótico, aunque él paradójicamente hace seis años que vive en Moscú. «A España vengo tres días al mes».

En uno de esos días, el jinete acuático pasó por el Sicab (Salón Internacional del Caballo) de Sevilla. Le perseguía una polémica reciente sobre un viaje en un vehículo compartido a través de 'Blablacar'. Una de sus compañeras de trayecto, la periodista Sabina Urraca, le acusó de haberse pasado el viaje hablando en voz alta por el móvil y describió su comportamiento como «desvergonzado e irrespetuoso». Él le replicó en otro medio con una carta en la que aseguraba entre otras cosas que «difamar vende en España». Pero Álvaro de Marichalar no estaba en Sevilla para rememorar el desagradable rifirrafe, sino para hablar 'de su libro', es decir, de sus aventuras náuticas y la relación de alguna de ellas con la «pura raza española»... De los caballos, en este caso.

«Hay algo que apenas se sabe -explica Marichalar-. Yo he concluido una travesía conmemorando el V Centenario de la llegada de Ponce de León a Florida, el primer europeo que pisó ese territorio, y en aquella expedición ellos llevaban caballos que habían cogido a los árabes en la recuperación del reino de Granada. Esos caballos son hoy los mustang, que tanta fama tienen y que dieron el nombre al famoso Ford Mustang». A Marichalar se le llena la boca cuando dice España. Él jura que no es nacionalista español. Pero si no lo es, lo imita muy bien... «Soy navarro, castellano, vasco y catalán y cuanto más catalán me siento más español soy», suelta el navegante. Una afirmación que suena como a meterle un dedo en el ojo a Oriol Junqueras...

«La bandera de España, la cruz de San Andrés, que era anterior a la rojigualda, ondeó en los actuales Estados Unidos de América tres siglos, más tiempo que la bandera de las barras y estrellas. Y eso la gente tampoco lo sabe», clama Marichalar encendido. Pero aún le enerva más la presencia de una bandera republicana en el Congreso durante la apertura de la presente legislatura. «Es ilegal. A ver si nos enteramos. Tan ilegal como la del buitre facha, que es como llamábamos en mi juventud a la del águila».

Contra la tiranía comunista

Tiene para todos. «El nacionalismo es una grandísima estafa». Los políticos españoles «solo piensan en fabricarse su poltronita. ¿Qué empresa les contrataría si no estuvieran ellos mismos creando su propio chiringuito?». Por todo eso y porque UPyD (partido con el que fue cabeza de lista por Soria en las generales de 2008) anda desaparecido en combate y porque Albert Rivera «no me representa», Marichalar planea lanzar en breve un proyecto político «ni de derechas ni de izquierdas, porque ese es un concepto del XIX», con el que acudir a las próximas europeas. Él será el fundador, advierte, «pero no el líder ni el candidato».

Todo esto lo dijo Álvaro de Marichalar en Sevilla como podría haberlo dicho desde Rusia con amor... El motonauta reside desde hace seis años en Moscú, ciudad a la que llegó como marido de la joven Ekaterina Anikieva, «una niña rusa maravillosa con la que me casé», y de la que ya está separado. Ahora, curado quizá de sus tiempos de 'playboy' a sus 55 años, el que le enamora en el plano ideológico es Putin. «No es que me guste, me encanta -afirma apasionado-. A mí, y al 80% de los rusos. Y me alegro de que sea amigo de Trump porque la única alternativa que le queda al planeta ahora mismo es esta gente sin complejos y con las ideas claras».

Así es el mundo según Álvaro de Marichalar. Ahora le va a dar la vuelta a Cuba en otra gesta por España. «Quiero conmemorar la desclasificación de los documentos que prueban que el 'Maine' fue hundido por EE UU». Y de paso, aprovechando que el Almendares pasa por La Habana, constatar cómo los cubanos «se empiezan a dar cuenta de la estafa que supuso, supone y supondrá la tiranía comunista».

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