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Maite Zaldívar, durante uno de sus permisos penitenciarios.
Vigilancia Penitenciaria deniega el tercer grado a Maite Zaldívar por «desinterés» en la reinserción

Vigilancia Penitenciaria deniega el tercer grado a Maite Zaldívar por «desinterés» en la reinserción

Se ha adaptado a la vida carcelaria pero “no tiene adecuada actitud” ante el delito cometido

Cecilia Cuerdo

Miércoles, 29 de junio 2016, 18:01

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Con dos tercios de la condena cumplida, Maite Zaldívar, expareja del exalcalde de Marbella Julián Muñoz, deberá esperar aun para poder disfrutar del tercer grado y la semilibertad en la que ya se encuentran algunos de sus compañeros de banquillo en el caso Blanqueo. El juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Málaga le ha denegado la solicitud al atender los informes de la junta de tratamiento que constatan su desinterés por el tratamiento de reinserción.

En abril de 2013, Zaldívar fue condenada a dos años y medio de cárcel por un delito de blanqueo de capitales al colaborar a blanquear fondos obtenidos por su expareja durante su etapa al frente del Ayuntamiento de Marbella. Un año después, la pena fue confirmada por el Tribunal Supremo y se ordenó su ingreso en prisión, aunque Zaldívar optó por agotar el plazo límite concedido para el ingreso voluntario. Durante este tiempo, ha disfrutado de algunos permisos, pero ahora pretende acceder al régimen de semilibertad y cumplir lo que le queda de condena en un centro de reinserción social, como hace por ejemplo Isabel Pantoja.

En un auto notificado hoy a las partes, el juzgado de Vigilancia Penitenciaria rechaza el recurso presentado por Zaldívar a la denegación del tercer grado. El juez se apoya tanto en el informe contrario de la junta de tratamiento del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre (Málaga) como del propio ministerio fiscal. Todos ellos coinciden en que la rea no está cumpliendo con algunos de los requisitos requeridos para gozar de esta condición de semilibertad.

El problema viene por su actitud ante el delito que la llevó entre rejas. Ya durante el juicio su defensa hizo hincapié precisamente en que Zaldívar nunca tuvo conciencia de haber estado blanqueando dinero, y la actitud no parece haber cambiado. No tiene una adecuada actitud ante el delito, dice el auto, resaltando por ejemplo que durante estos dos años de cautiverio se centra en actividades meramente complementarias o recreativas y otras actividades que no están directamente relacionadas con las causas de su delito tales como el programa de manejo de conflicto.

Otra cosa es su adaptación a la dinámica del penal de Alhaurín de la Torre (Málaga). Según detalla la resolución, la presa presenta una buena evolución penitenciaria y su informe psicológico es favorable. Colabora con la institución a través de la participación en actividades y la ayuda a los profesores en la alfabetización de las compañeras, y contribuye pues a la creación de un clima social positivo dentro del módulo.

Pese a esta adaptación, la mayoría de los miembros de la junta de tratamiento consideran insuficiente el comportamiento de la interna, que había recurrido ante el juzgado la decisión de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio de Interior que el pasado mes de marzo rechazó concederle el tercer grado. El juzgado contrasta esta actitud, por ejemplo, con la mostrada por su hermano Jesús Zaldivar, que con la misma condena ya disfruta desde principios de junio de la semilibertad tras mostrar una actitud excelente.

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