Julia Roberts y su llamativa protesta contra los estrictos protocolos de Cannes

Cada año se produce un momento en el que el Festival de Cannes queda eclipsado por la moda y el estilo de la mano de las más aclamadas intérpretes, que lo tienen cada vez más difícil para llevarse la etiqueta de la mejor vestida. Siempre hay una que destaca entre las demás. Este año la mejor posicionada y la que más miradas ha atraído sobre la alfombra roja ha sido la protagonista de Infierno Azul, Blake Lively. Al menos hasta la cita del pasado viernes, en la que fue la 'novia de América' la que se llevó toda la atención, pero no precisamente por su estilo original o su look favorecedor.

Ocurrió durante la premiere de la película de Jodie Foster, Money Monster, a la que acudieron sus protagonistas, George Clooney y Julia Roberts para arropar a la directora. Todo iba tal y como se había estipulado, hasta el momento en que la actriz de 'Pretty Woman', ni corta ni perezosa, se quitó los tacones, se enrolló la falda de su elegante vestido negro y subió descalza las escaleras del Grand Palais. Un gesto más que llamativo, no efectuado por comodidad si no como protesta. Y es que para poder acudir a uno de los pases oficiales del festival hay que seguir un protocolo de estilo: esmoquín para los hombres y tacones para las mujeres. Esto, no gusta nada a las intépretes femeninas, sobre todo, después de que el año pasado varias mujeres fueran rechazadas en la entrada del teatro por no llevar tacones altos.

De hecho, la edición 2015 del Festival de Cannes fue muy criticada por este acto. La productora de cine Valeria Richter fue una de las afectadas, ya que calzaba unos zapatos bajos y la gente de seguridad le indicó: «No, no, esto no funciona. No puedes pasar así», tal y como explicó la afectada a la BBC. Y sólo la dejaron pasar después de que ella argumentase que tras padecer la amputación de una parte del pie izquierdo, no podía mantener el equilibro con tacones. Por su parte, la protagonista de 'Blancanieves y la leyenda del cazador', Emily Blunt puso el grito en el cielo y declaró que «es muy decepcionante escuchar cosas así, deberíamos saber que ahora que se supone que hay una cierta igualdad entre las mujeres y hombres, las mujeres no son solo objetos».

Otra de las actrices que también adoptó este gesto simbólico, con menos repercusión pero con más enfado, fue la actriz de Crepúsculo, Kristen Stewart, que ya se ha paseado descalza en alfombras rojas en más de una ocasión y en Cannes no ha hecho ninguna excepción. Aunque, al contrario que Julia Roberts, ella ha tenido menos reparos en hablar y comentó que «las cosas tienen que cambiar de inmediato. Es bastante obvio que si llego a una alfombra roja con un acompañante hombre y alguien me detiene y dice: Disculpe, jovencita, no está usando tacones y no puede entrar, yo diré: Tampoco mi amigo. ¿Él tiene que usar tacones? Podría ser para todos».

Sin embargo, esta no es una nueva polémica, pues durante muchos años varias actrices de renombre han adoptado este gesto ante el protocolo tan esctrico del certamen. En 2003, también dio mucho que hablar la imagen de Nicole Kidman descendiendo las famosas escaleras descalza. Esta afirmó que fue una promesa que le había hecho al director Lars von Trier.

Pero este hecho no sólo ha repercutido en Cannes u otras alfombras rojas, pues son muchas las famosas que cada vez critican más los estereotipos femeninos, como el uso obligatorio de tacones, y alertan de sus efectos dañinos. Sin ir más lejos, hace poco la actriz Sarah Jessica Parker, de quien es ampliamente conocida su predilección por los zapatos de tacón de Manolo Blanik, reveló que ya prácticamente no quiere usar tacones, pues sus pies se han deformado por su excesivo uso. Lo mismo le sucedió a la cantante Thalía, quien confesó a los medios: «Llevar tacones toda mi vida me ha pasado la factura, ha dañado mis articulaciones, mi espalda y mi cadera».