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Grace Kelly, Belén Esteban y Catalina Middleton. La verdad es que vistos así, sin entrar en detalles, todos ellos se dan el mismo aire. :: AFP
¿Fue el vestido de boda de Kate un plagio descarado?

¿Fue el vestido de boda de Kate un plagio descarado?

Una modista inglesa anuncia una querella contra la casa McQueen por apropiarse de uno de sus diseños

IRMA CUESTA

Miércoles, 27 de abril 2016, 01:44

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Ni en Grace Kelly, ni en Belén Esteban. Si es verdad lo que dice Christine Kendall, el vestido de novia que lució Kate Middleton el día de su boda está inspirado en un diseño suyo. Cinco años después del enlace, Kendall, una modista que regenta un pequeño taller ubicado en el condado de Hertfordshire, ha revolucionado el mundo de la moda con sus declaraciones. Ha anunciado acciones legales contra la mítica firma Alexander McQueen por plagiarle el diseño del traje que la sonriente Catalina lució el día que se convirtió en la esposa del príncipe Guillermo.

Nada más anunciarse el compromiso, Kendall envió a la novia una carpeta con varias ideas de vestidos años cincuenta, con la esperanza de que alguno de ellos le pareciera bien a la futura princesa. Poco después, la oficina de los príncipes Guillermo y Enrique le envió una carta agradeciéndole su interés y asegurando que a la señorita Middleton le había interesado mucho su trabajo. Dice la modista que se olvidó del asunto hasta que, el día de la boda, se encontró con que la duquesa llevaba un traje parecidísimo a uno de los que ella había dibujado.

«Desconcertados»

Mientras Kendall se arma de razones con las que convencer a los tribunales de que lo que dice es cierto, los responsables de la firma McQueen aseguran estar «totalmente desconcertados» por las acusaciones que la modista ya les transmitió un año después del enlace. «Sarah Burton -que es quien se encargó del vestido- nunca vio los diseños de Kendall, y no la conocía antes de que se pusiera en contacto con nosotros. La reclamación es ridícula», ha dicho la firma británica a través de un comunicado.

La casa real, por su parte, mantiene que la duquesa de Cambridge tampoco vio los bocetos que le envió la modista, por lo que es imposible que robara sus ideas para el vestido de boda: una pieza con tres metros de cola, corpiño de satén y detalles de encaje francés que costó 50.000 euros. Entoces, ¿mintieron los portavoces de Guillermo al contestarla que los diseños habían interesado mucho a Catalina?

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