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El jinete.
«¿Está el cornudo? Que se ponga»

«¿Está el cornudo? Que se ponga»

Con la irrupción en escena de Ralf Fuge, el marido engañado, toma cuerpo el culebrón del verano, protagonizado por Álvaro Muñoz Escassi

ARANTZA FURUNDARENA

Sábado, 29 de agosto 2015, 00:33

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Rajoy se enteró por la prensa de lo de Rato. Felipe González se enteró por la prensa de lo del GAL. Ahora un alemán llamado Ralf Fuge acaba de enterarse no por la prensa sino por un canal de televisión, y en directo, de que la joven a la que él lleva veinte años creyendo su hija es en realidad hija de Álvaro Muñoz Escassi... Luego dirán que los medios de comunicación no tenemos vocación de servicio público. Desde luego si el señor Fuge es uno de esos alemanes para los que España no pasa de ser un país de 'paela' y 'castañetas' es seguro que su toma de contacto con 'Sálvame' no habrá hecho sino confirmar sus prejuicios. Tal vez incluso empeorarlos.

Pero que alguien se ponga en su lugar. Te llaman de una cadena que ni conoces a miles de kilómetros de tu casa para decirte que tu hija Anna acaba de aparecer en una revista española proclamando encantada que ese pinturero jinete, ese 'latin lover' al que viste alguna vez merodeando por casa en el papel de amigo de la familia (más de tu mujer que tuyo) es en realidad su padre biológico. Y que a ver qué opinas... ¿Se puede tener opinión sobre algo así? Es decir, ¿se puede tener otra opinión que no sea: mecagüen el figurín ese de los co..., etc.? Si hay telespectadores que gritan como si los estuvieran empalando cuando un presentador les comunica que acaban de ganar 1.000 euros, qué reacción no cabría esperar de alguien a quien le sueltan de golpe que lleva más de veinte años siendo un cornudo...

Al pobre Fuge por suerte le entró la risa floja. Quizá porque la conversación era de Gila. Solo les faltó preguntar: «Buenas, ¿está el cornudo? Que se ponga». A cambio le soltaron a bocajarro: «¿Te ha contado algo tu mujer?». «¿De qué?», preguntó él. «De que tu hija Anna no es tu hija. Tiene otro padre que se llama Álvaro Muñoz Escassi». Y él que no, que ese es el padrino de bautismo (Escassi explicaba en '¡Hola!' que le nombraron padrino simbólico porque no estuvo en el bautizo de la niña). «Él es eso y nada más -insistió Fuge-. Anna es hija mía y si quieres tengo pruebas». «¿Todo lo que están diciendo en España es mentira?», le preguntaron. «Todo mentira», contestó convencido.

Con la intervención de Fuge el culebrón del verano (y parte del otoño-invierno) está casi completo. Acaba de incorporarse al elenco una figura fundamental: la del marido engañado, al que hasta ahora solo le habían adjudicado un papelito sin frase. Y aún queda por llegar el esperado monólogo de la esposa, esa amazona infiel, esa mujer con el cuajo suficiente como para engañar a dos hombres a la vez... Y no estar loca. A Escassi tardó cuatro años en decirle que esa niña era su hija. Y a Fuge, ha tardado veinte en desmentírselo.

Ahora Escassi se revuelve ante quienes le acusan de haber urdido un montaje. La culpa, según él, la tiene la madre de la niña, que no ha tenido valor para confesarle la verdad a su marido. Si el jinete sevillano tiene en su poder, como dice, una prueba de ADN le será muy fácil defenderse. Por otro lado, cuesta creer que sea tan buen actor («¡este verano me ha pasado algo increíble!», le confesó a esta periodista eufórico a primeros de agosto) como para impostar la alegría de un reencuentro con una hija secreta. ¿El prestigio destruido para siempre a cambio de 22.000 euros que encima serán a repartir? Además, por muy mala relación que tengan con Fuge, ¿por qué se iban a prestar esa madre y esa hija a colaborar en semejante invento? Cuernos, mentiras, caballos y paternidades dudosas... Con bastantes menos mimbres se han tejido telenovelas de éxito.

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