Borrar
La actriz en una imagen reciente. Al lado, un 'birkin' subastado en Londres. :: afp/Efe
Yo cocodrilo,  tú Jane

Yo cocodrilo, tú Jane

Birkin no quiere ser cómplice de las masacres contra los caimanes de granja y pide a Hèrmes que retire su apellido del famoso bolso

ARANTZA FURUNDARENA

Jueves, 30 de julio 2015, 00:48

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Jane Birkin acaba de darse cuenta de que para fabricar el prohibitivo bolso que lleva su apellido hay que sacrificar cocodrilos... Más vale tarde que nunca. La firma francesa Hèrmes, especializada en el lujo (y otras excentricidades) lo lleva fabricando desde los años 80, inspirado en esta modelo y actriz británica que fue musa, mujer y 'víctima' del imprevisible Serge Gainsgbourg. Las que tenemos el pésimo gusto de habernos sentido alguna vez atraídas por el peligro animal que exhalaba Gaingsbourg siempre hemos entendido a Jane Birkin. Y ahora con lo de los cocodrilos, también. Mucho menos comprensible es que haya mujeres dispuestas a esperar hasta seis años para hacerse con un bolso (por muy francés y muy artesanal que sea) o que lleguen a pagar 200.000 euros por él, como ocurrió recientemente en una subasta celebrada en Hong Kong.

Desde entonces, el bolso más caro del mundo es un Birkin con aplicaciones de diamantes, realizado en piel de cocodrilo que para remate es... ¡Color fucsia! Vamos, que no los vejan ya bastante en vida a los pobres bichos como para tener también que humillarlos una vez muertos. Sí, es verdad que el cocodrilo es un depredador de sangre fría con el que es mejor no cruzarse. Los naturalistas están asombrados de su capacidad estratégica para la caza (en solitario o en grupo) y la inteligencia que demuestran a la hora de acorralar y reducir sin piedad a sus presas. Están dotados de un sexto sentido para la crueldad solo superado en el reino animal por una criatura infinitamente más implacable: el ser humano.

Un Auschwitz animal

Lo que le ha abierto los ojos a Jane Birkin, hasta el punto de llevarla a pedir públicamente a Hèrmes que borre su apellido del famoso bolso, es un escalofriante vídeo difundido por PETA en el que se muestra en toda su crudeza la despiadada masacre que sufren los cocodrilos en una granja de Zimbabue y otra de Texas; un auténtico Auschwitz animal donde los tirotean, apuñalan, insertan en varas metálicas que introducen por su cerebro o los someten a la tortura de agonizar sobre planchas de metal candentes... Todo para conseguir una bonita correa de reloj o un exclusivo bolso que el día de mañana distinguirán a sus propietarios como ejemplo de personas de éxito, seres superiores que han llegado a lo más alto en la vida... La verdad es que solo con pensarlo dan ganas de darse de baja de la especie humana.

Claro que renuncias a la piel animal, te pasas a la sintética y descubres que es mucho más contaminante para el planeta y amenazante para la capa de ozono. Y que si el lujo encubre ferocidad, el 'low cost' esconde la explotación, tortura y hacinamiento no de cocodrilos sino de seres humanos. Muchos de ellos niños... Y acabas pensando que al final, como dicen en Latinoamérica: No hay para donde hacerse.

De momento, la compañía Hèrmes se ha apresurado a responder a Jane Birkin que dichas granjas (por más que sus empleados así lo afirmen en el impactante vídeo) no figuran entre sus proveedores. Pero, en cualquier caso, es de imaginar que si no son esas serán otras parecidas. Tal vez Birkin en su inmensa ingenuidad, ignorancia o indiferencia (como la de casi todos nosotros) pensara que la piel de cocodrilo con que se fabrica su bolso la obtenían cuerpo a cuerpo y en justa pelea con los caimanes Tarzán o 'Crocodile Dundee', pero la realidad es bastante menos heroica. Ahora la actriz renuncia a seguir siendo todo un símbolo de la moda universal conmovida hasta las lágrimas por esos ojos amarillos que la han mirado y le han dicho: Yo cocodrilo, tú Jane.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios