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El músico David Ascanio es imagen de la firma Merkal. :: R.c.
«A Laura la llamo la austriaca»

«A Laura la llamo la austriaca»

Pareja de la modelo Laura Sánchez, el cantante David Ascanio ejerce de «tío» con la hija de su novia. «La adoro, pero es un tema delicado»

ARANTZA FURUNDARENA

Lunes, 24 de noviembre 2014, 11:22

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Aquel viejo dicho 'Detrás de un gran hombre hay una gran mujer' ya no es sostenible. Su contrario tampoco. David Ascanio no está detrás de la famosísima modelo internacional Laura Sánchez sino a su lado. Sin embargo, no le importa colocarse en segundo plano cuando se encienden los focos. A sus 39 años, este tinerfeño militante, de ojos transparentes y sonrisa dentífrica, tiene el ego bien cubierto. Lleva más de dos décadas cantando solo o en dúos con estrellas como Chenoa y componiendo canciones que han interpretado desde Miguel Bosé a Ana Torroja, y no necesita medirse en popularidad con su novia. «Me encanta verla brillar. Para mí Laura es más guapa que Julia Roberts y a la hora de posar la que manda es ella».

Cinco años de relación dan para mucho. A Sánchez y Ascanio les han servido entre otras cosas para emprender juntos un negocio de 'braguitas y bikinis' («¡Quién me iba a decir a mí!», ríe el cantante) e incluso convertirse en pareja artística de la firma de calzado Merkal. «Ahí la auténtica imagen de la marca es Laura, yo soy el chico que está con ella en la foto». David mide 1,82 y calza «solo» un 42 y medio. «Tengo pie pequeño pero zapato grande», bromea al recordar la irónica observación que le hace Julia Roberts a Hugh Grant en 'Notting Hill'. Dice Ascanio (y no descubre nada) que igual que le ocurre a 'la novia de América', el punto fuerte de Laura Sánchez es la sonrisa. «Se ríe mucho, es alegre, y eso ayuda a la convivencia».

Pero la modelo, nacida en Frankfurt, también tiene una vertiente cuadriculada. «Muy Merkel», dice ella. «Yo la llamo la austriaca», certifica su pareja. Y en eso difieren, porque Ascanio, que además de músico es canario, se considera «un bohemio» al que le cuesta organizarse. «Laura se horroriza cuando planeo un viaje, piensa que va a ser un desastre. Pero entre nosotros no hay nada por lo que salten chispas. Lo hablamos todo y por suerte ella es perfeccionista sin llegar a 'tiquismiquis'. De vez en cuando hay que decirle 'Relájate, tía' y lo entiende».

En realidad, Laura y David son tres. Forman una familia 'a tiempo parcial' con Naia, la hija de ocho años que la modelo tuvo con el futbolista Aitor Ocio y de la que hoy comparten la custodia. «Yo con Naia soy como su tío -precisa Ascanio-. Ella tiene su padre y su madre, y es un tema delicado porque estoy en el lugar donde nadie quiere estar. Cuando llegué, la niña tenía dos añitos. La he visto crecer, la adoro, pero nunca me he sentido el padre sino el adulto responsable que tiene que cuidarla. La trato como si fuera mi sobrina. Jugamos mucho, nos peleamos&hellip Le dejo tocar la guitarra, el piano, me pongo a dibujar con ella. Todo es muy natural». Todo no. La relación entre Laura y Aitor sigue «tensa y complicada». David admite haber «sufrido mucho porque la veo sufrir a Laura, pero hay cosas en las que yo no me puedo meter. Lo único que pido es que todo se solucione pronto porque tampoco se puede vivir así, la verdad».

«Era un sinvergüenza»

Al cantante le gustaría tener un hijo biológico cuanto antes. «Más que nada porque voy a hacer 40 y me veo con el cochecito de bebé en una mano y el bastón en la otra», bromea. Pero está dispuesto a esperar la decisión de su novia. «Por ese tema no discutimos. Que venga cuando tenga que venir». Hijo de una empresaria y de un diseñador de interiores «del que he sacado la vena bohemia», David es además sobrino del líder de Taburiente, el famoso grupo musical canario, y un 'chicharrero' militante que desayuna gofio y tiene en su salón un cuadro del drago milenario. De niño se crió en la tienda de ropa infantil que regentaba su madre y hasta llegó a desfilar en alguna pasarela. La tienda se llamaba 'Golfillo'. «Y a mí me iba al pelo -reconoce-. Yo era un sinvergüenza, muy inquieto y un poco cabroncete con mi hermano. Pero los años y los viajes te colocan. Ahora soy una persona tranquila. Tengo un pronto un poco explosivo, pero se me pasa rápido». También es alérgico a las bodas. «Cuando me invitan a una tengo un problema. No entiendo a la gente que se casa para celebrar algo que va a venir y que a veces sale mal. Yo celebraría con Laura el día que hagamos diez o veinte años juntos. Y ella piensa lo mismo que yo. Menos mal».

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