Borrar
SER BRIGADA

Los besos de verano

NACHO RUIZ

Lunes, 28 de julio 2014, 09:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Normalmente a estas alturas de la temporada todos estamos muy hartos. Yo, al menos, sí. Esto se produce por un error histórico, y es que los años no se contabilizan en cursos escolares. Empezamos en septiembre, vamos acumulando trabajo y estrés, a lo cual sumamos la dificultad de estos tiempos tan poco luminosos y cuando llegamos a julio muchos estamos al borde de un ataque de nervios. Eso incide también en que todo en el trabajo sea más difícil, pues tu interlocutor está tan harto como tú, o incluso más. Y en ese clima eléctrico llega el verano, que no es un final, sino un intermedio, ya que en septiembre retomamos cosas y proyectos que vuelven a no acabarse en diciembre. Total, vivimos en un 'día de la marmota' que desgasta, como le pasaba a Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo'. Pero reventar no es una opción viable, así que nos vemos forzados a tomar otra vía. A unos nos da por el deporte, a otros por la música, a muchos por ser más jóvenes de lo que son y a algunos desquiciados por la droga o la cirugía estética. Pero esas cosas no curan, son solo analgésicos.

Son los besos lo que cura el paso de estos meses tan largos. El contacto con los tuyos, las charlas en las terrazas hablando de tonterías. Sé que parece el guión de un anuncio de cerveza para hipsters, pero es cierto: te cura tocar a los tuyos y que ellos te toquen. Los besos de tu chico o de tu chica, los de los niños, los de tus amigos. Los abrazos en julio, que son más pegajosos por el calor, tienen algo que te renueva por dentro. Las caricias esquivas de tus hijos o los sobes que te da tu madre cuando te agarra. Incluso a 40 grados los achuchones son curativos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios