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Rafa Nadal, en Wimbledo
Nadal también asusta en hierba
Primera ronda

Nadal también asusta en hierba

El reciente ganador de Roland Garros debutó esta temporada en hierba con un abultado triunfo ante el israelí Dudi Sela

Manuel Sánchez

Londres

Lunes, 2 de julio 2018

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El mismo Rafael Nadal lo avisó en la rueda de prensa previa. «Aquí nunca sé cómo llego». Mientras que a Roland Garros, plaza donde ha ganado once veces, el español llega con decenas de partidos sobre arcilla en las piernas, a Wimbledon lo ha hecho sin más preparación que dos exhibiciones -una victoria y una derrota- a las afueras de Londres.

Su primera toma de contacto con la competición oficial en pasto fue todo lo que necesitaba para confirmar la buena inercia tomada de la tierra, aunque su rival no fuera el más propicio para calibrar el nivel. El israelí Dudi Sela fue la primera víctima de Nadal en el tapete verde de Wimbledon y se llevó una derrota por 6-3, 6-3 y 6-2 que nutre de optimismo el sendero del español.

Sela, número 127 del mundo, es el rival perfecto para Nadal en superficie rápida, en términos de resultado, porque no se sale del renglón. No es un sacador, su 1,75 metros de estatura no se lo permite. Tampoco es un kamikaze, ni lo intenta. Sus subidas a la red son contadas y su revés, elástico, es a una mano. Es decir, no es aquello que Nadal teme en Wimbledon, un bombardero.

Por eso, su debut no puede considerarse una verdadera piedra de toque, pero sí sirve para coger confianza y ritmo de cara a rondas más exigentes.

La central aún estaba fogosa tras abrir fuego en ella Garbiñe Muguruza y Nadal tomó su testigo y bajo el sol londinense y una temperatura más propia de París que del Reino Unido (se rozaron los 30 grados centígrados), aterrizó en pasto con la misma fuerza con la que se despidió de la tierra.

La contundencia no fue la misma y a Nadal le costó ocho juegos romper la resistencia del israelí y desnivelar el encuentro a su favor. Todo lo que se guardó en unos cautos primeros compases, salió a la luz al final de la primera manga, cuando el de Manacor le infligió doce puntos seguidos a Sela, terminando con el empuje con el que el israelí trató de mantener la balanza erguida.

Otro encadenamiento de cuatro puntos le sirvió al español para amarrar el 'break' temprano en el segundo set y encaminar un partido que no será recordado durante años, pero en el que Nadal puso el mismo empeño que siempre por llevarse.

La victoria no peligraba y aunque el campeón en 2008 y 2010 no aprovechó tres pelotas de rotura más, fue a a la cuarta cuando se puso dos sets arriba.

Sela, quien parecía enterrado y sin opciones antes del encuentro, aún daría algo de batalla a un Nadal que se relajó al principio de la tercera manga y lo pagó con una rotura en contra que no trastocó sus planes. Lejos de sufrir con el golpe recibido, le sirvió para levantarse más fuerte y clavar tres juegos consecutivos que sí que acabaron con las pocas opciones depositadas en el israelí. Una rotura más en el octavo juego, en el que supuso su tercer punto de partido a favor, terminó con Nadal levantando los brazos y sumando confianza en el estreno en Wimbledon, ronda en la que solo perdió en 2013 contra el belga Steve Darcis.

Ni los 18 errores no forzados con los que terminó el encuentro pueden servir de alarma para el balear, que se cruzará en segunda ronda con el kazajo Mikhail Kukushkin, verdugo del canadiense Vasek Pospisil, con el objetivo de seguir acumulando ritmo y victorias hasta que los verdaderos desafíos aparezcan entre las briznas de hierba del All England Club.

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