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Rafa Nadal, cleebra la victoria.

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Rafa Nadal, cleebra la victoria. Efe
Primera Ronda

Plácido debut para Nadal

El español se deshace sin problemas de Víctor Estrella Burgos y vuelve a las camisetas sin mangas por primera vez desde 2008 (6-1, 6-1 y 6-1)

Manuel Sánchez

Lunes, 15 de enero 2018, 00:20

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Cualquiera que pusiera la televisión y viera la vestimenta de Nadal, podría pensar que se trataba de una reposición de un partido de, por ejemplo, 2005 o 2007. El balear apareció en Melbourne ataviado con una cinta en el pelo rosa y muñequeras y pantalón del mismo color. Pero no eran estos complementos ni este chillón color, que Nadal usa habitualmente, como en el pasado Abierto de Australia, lo que sobresalía y sorprendía en su aspecto. Ni siquiera lo era el aparatoso reloj naranja que le acompañaba en su muñeca derecha.

Un detalle, las mangas, fueron el gran cambio en estos primeros compases de 2018 de un Nadal, que como diría Radio Futura, cayó enamorado de su moda juvenil.

Y es que no se deshacía de esta parte de la camiseta desde París-Bercy 2008. Es decir, algo menos de diez años vistiendo camisetas con mangas, lo que significó acabar con uno de los símbolos más característicos en sus comienzos y que ante Víctor Estrella (6-1, 6-1 y 6-1), el volver a prescindir de las mangas, supuso un soplo de aire fresco en el jugador de 31 años.

Ya lo intentó en 2014, cuando en el Abierto de los Estados Unidos estuvo a punto de volver a este estilo, pero al no participar, por lesión, su decisión quedó aplazada. En los últimos meses, se había rumoreado mucho sobre su vuelta al modelo clásico con el que Nadal se dio a conocer entre 2004 y 2008. La realidad es que la decisión ya estaba tomada, y es que, como reconoció durante la pasada Copa de Maestros, las prendas para los torneos se escogen con casi un año de antelación. Por lo que saltar este lunes a la pista Rod Laver de Melbourne, no fue un capricho de última hora.

La victoria ante Víctor Estrella Burgos, de 37 años y número 79 del mundo, además recordó, no solo por lo relativamente extradeportivo, como es, en este caso, la moda, a los triunfos de antaño del zurdo de Manacor en Australia. Los tres juego cedidos en poco más de una hora y media rememoraron otras exhibiciones en su debut, como cuando dejó e nueve juegos al francés Julien Benneteau en 2005 o en cuatro al belga Christophe Rochus en 2009, año en el que saldría campeón. La paliza al dominicano supone su mejor victoria en el primer "Grand Slam" de la temporada, junto a la anteriormente mencionada contra Rochus y un incontestable 6-0, 6-2 y 6-2 ante el francés Florent Serra en 2008.

Apenas pudo ofrecer combatividad un Víctor Estrella empequeñecido (más aún de lo que marcan su 1,7 metros de estatura) ante el reto de enfrentar a Nadal en la central de un grande. Solo el hecho de estar en la central de Australia ya era algo nuevo para Estrella Burgos, quien solo ha disputado 21 partidos de "Grand Slam" en su carrera.

El tres veces campeón en el torneo de Quito salió perdiendo ya antes del sorteo inicial, con un público enaltecido cuando Nadal se quitó la sudadera y dejó sus instrumentos de trabajo en el banco. El dominicano tenía apoyos en las gradas y alguna bandera de su país era visible, incluso, en algunos momentos algún "¡Vamos, Víctor!" resonó entre el público.

Su batalla era otra y se notó desde el principio, el partido era una quimera, y cuando Nadal encaró el 5-0, su objetivo se centró, y hacerle el máximo de juegos al español comenzó a ser prioridad. No había manera para que el juego del dominicano le hiciera daño, a merced de un revés a una mano muy débil al que solo le quedó golpear cortado como opción para aguantar los peloteos. Estrella, acostumbrado a la tierra y a los Challengers, hizo un juego en cada set, cada uno de ellos celebrado casi como un triunfo, y con el sexto juego del segundo set como piedra angular, tras un juego de más de diez minutos de duración en el que Nadal salvó cinco bolas de rotura, antes de que, a la sexta, el balear cediese su servicio, y Estrella consiguiese su gran triunfo del partido.

Y es que para la República Dominicana, un país de diez millones de habitantes, el solo hecho de tener un tenista en la primera ronda de un "Grand Slam" es ya una victoria en sí.

Nadal se enfrentará en la siguiente ronda al argentino Leonardo Mayer, quien ejerció de verdugo del chileno Nicolás Jarry (6-2, 7-6 y 6-3) y al que el balear ha batido en las cuatro ocasiones en las que se han encontrado. La última, además, hace tan solo unos meses en tercera ronda del Abierto de los Estados Unidos, con victoria para Nadal en cuatro sets.

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