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Garbiñe devuelve una bola en su encuentro contra Montserrat González.

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Garbiñe devuelve una bola en su encuentro contra Montserrat González. J.M. Rodríguez / AGM

Aroma a permanencia tras una jornada con viento y susto

Garbiñe sufre para derrotar a Montserrat González ante 1.350 espectadores en La Manga Club, donde Carla Suárez abre con un triunfo la eliminatoria de Copa Federación ante Paraguay

FRANCISCO J. MOYA

Domingo, 22 de abril 2018, 07:57

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Empezó fría la eliminatoria, con el público entrando perezoso a la pista central de La Manga Club. Tampoco despertaba la mañana, demasiado nublada, demasiado ventosa. Remolinos en la tierra batida cartagenera y más cemento del esperado en las gradas. Y el primer juego del duelo entre España y Paraguay fue la continuación de esa mañana extraña que se vivía en el bello complejo turístico, deportivo y de ocio de Los Belones.

Verónica Cepede, número uno paraguaya y capaz de llegar a los octavos de final del último Roland Garros, se hizo con el primer juego del primer punto de la eliminatoria y puso a pensar a todo el mundo. Golpeaba bien, peleaba cada pelota y hacía daño a Carla Suárez. Fue un espejismo. Tras ponerse 1-0, concedió los cuatro siguientes juegos a la canaria, que poco a poco fue entrando en calor y se adaptó mucho mejor a unas condiciones difíciles para jugar al tenis, con mucho aire racheado.

  • G. Muguruza-V.Cepede 12.00

  • - A continuación (si es necesario) C. Suárez - M. Domínguez

  • - Dobles (se juega incluso en el caso de que haya un 3-0) M

  • J. Martínez-G. García contra V.Cepede-M. Domínguez

  • Lugar Pista central del complejo de tenis de La Manga Club (entradas agotadas)

Solo los problemas en el saque de Carla Suárez dieron algo de ilusión a Cepede y de emoción al encuentro. La canaria cedió su saque en el sexto juego con dos dobles faltas casi seguidas y la primera manga se estrechó con un 4-2. Pero Suárez se repuso en el siguiente juego, le hizo un nuevo 'break' a Cepede (le rompió seis veces el saque en todo el partido) y ya cogió velocidad de crucero para amarrar el primer punto del duelo y dejar la permanencia en el grupo II muy encarrilada.

El combinado de Anabel Medina se pone 2-0, a la espera de la segunda jornada de hoy

En el segundo set no hubo mucha historia. Coser y cantar para el equipo español. Era muy evidente la incomodidad de Cepede en el intercambio de golpes y la fortaleza desde el fondo de Carla Suárez. Solo los problemas con el saque de la jugadora canaria dieron cierta emoción a algunos juegos. Pero bastaron 75 minutos para que Suárez cerrara el partido (6-2 y 6-2). Primer punto para el equipo español y aroma a tarde apacible en la abarrotada pista principal del centro de tenis de La Manga Club, con 1.350 espectadores disfrutando de un día histórico para el tenis regional. Había aficionados de muchos puntos de la Región y también bastantes llegados desde otras provincias. Se hicieron notar granadinos, valencianos y madrileños. También se fueron viniendo arriba conforme pasaban los juegos y los sets los pocos paraguayos que se colocaron detrás del banquillo de su equipo.

A las tres de la tarde apareció Garbiñe Muguruza por la pista, totalmente llena (ahora sí) para recibir a la gran atracción de esta eliminatoria. Y su puesta en escena fue arrolladora. Aplastó en los cuatro primeros juegos a Montserrat González, la número 334 del mundo, y parecía que el segundo punto iba a tener aún menos historia que el primero. Pero no. Al contrario. El partido se fue enredando tanto que acabó siendo un suplicio para la número 3 del mundo. Y no terminó en tragedia por muy poco. «Al final, lo que importa es ganar, jugando bien, regular o mal», soltó en sala de prensa la jugadora nacida en Caracas, consciente de que había estado muy lejos de su verdadero nivel en su regreso a una competición que no disputaba desde la derrota ante la República Checa de 2017.

Mareo de una espectadora

Ya había avisado la caraqueña de que no hay partidos fáciles. Y en la Copa Federación, aún menos. No se fiaba de su rival. Muguruza se equivocó en varios saques y le regaló un juego a la guaraní. 4-1. Y luego, 4-2. Y después, 4-3. Lo que parecía un paseo militar fue mudando a una especie de tortura. El viento molestaba a las dos, pero la que fallaba más era Muguruza. Pese a ello, fue capaz de hacerse con el primer set (6-4) que, por cierto, estuvo parado unos quince minutos por un mareo de una espectadora.

En la segunda manga se fue soltando, cada vez más, Montserrat González, quien poco a poco fue creciendo en el encuentro y creyendo en su hazaña. Estuvo muy cerca de hacer el partido de su vida. Muguruza, cada vez más incómoda con su saque y mandando muchas bolas a la red, no aprovechaba sus oportunidades e incluso desperdició un punto de partido. 5-4, 40-30 y al final no hubo ni punto ni juego. Remó González, quien se mantuvo viva en el partido, ganó los tres siguientes juegos y se llevó, para sorpresa de todos, el segundo set (5-7).

Se fue Garbiñe al vestuario con medio equipo español y, custodiada por media docena de guardias civiles, tomó aire y regresó para evitar que saltara la sorpresa en un tercer set que sorprendentemente se convirtió en una lotería. Las dos jugadoras se repartieron aciertos y errores, palo por aquí y palo por allá. El público se metía en el partido y por vez primera en toda la jornada se palpaba tensión. El ambiente empezaba a ser el de Copa Federación. Y el resultado era incierto. Ya no importaba el ránking. Solo podía quedar una. Y quedó Muguruza, porque jugó mejor los puntos decisivos y al final impuso su mayor calidad y experiencia. 2-0 y alegría final. Con susto, sí, pero alegría.

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