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Regino Hernández, sobre su tabla. Afp
El motero ceutí que ganó un bronce olímpico
Medallista

El motero ceutí que ganó un bronce olímpico

Tras recuperarse física y psicológicamente de una aparatosa caída en 2017, el deportista logra la primera medalla en 26 años

PABLO SAN ROMÁN

Pyeongchang

Jueves, 15 de febrero 2018, 13:03

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"Me gusta mucho el rollo motero, el pelo largo, la barba y lo llevo bastante tiempo", explicaba este jueves cerca de la meta Regino Hernández, flamante medallista de bronce olímpico en snowboardcross, y propietario de una Harley Davidson que cuida con mimo. Además de las motos, el pelo largo y la barba, a Hernández le gustan los piercing, como el pequeño pendiente negro que lleva en su nariz; y los tatuajes, que cubren todo su brazo izquierdo.

El deportista tiene 26 años, los mismos que llevaba España sin lograr una medalla tras la de Albertville-92 que se llevó Blanca Fernández Ochoa en eslalon. Antes había logrado otra Paquito Fernández Ochoa en el eslalon especial de Sapporo-72.

La tercera medalla la ha logrado un esquiador nacido en Ceuta y que creció en Mijas, un pueblo malagueño turístico de sol y mar, en la Costa del Sol. "Cuando no había cumplido un año nos mudamos a Mijas, en la provincia de Málaga. Mi padre abrió una tienda de deportes de riesgo, entre ellos el snowboard. Como nunca lo había probado, empezó a probarlo para ver cómo vender el material y se enganchó él, enganchó a mi madre, a mi hermana y yo fui detrás. Íbamos a Sierra Nevada días sueltos, cuando no teníamos clase mi hermana y yo. Así empezó todo, hasta que pudimos alquilar una casa e íbamos cuando teníamos fiesta en el colegio. Llegamos hasta los campeonatos de Andalucía, la federación me vio y hasta aquí", explicaba Hernández.

El ceutí se inclinaba al principio por las disciplinas del freestyle, pero con 16 años lo metieron en snowboardcross, siendo campeón del mundo juvenil en 2011. Desde ese momento no ha dejado esta especialidad. Además de las motos, Regino Hernández es aficionado al cine, al surf, a los videojuegos y a los cómic japoneses, por lo que está deseando viajar a Japón.

Recuperación física y psicológica

Su medalla tiene más mérito si se tiene en cuenta que en marzo de 2017 se cayó mientras competía en una etapa de la Copa del Mundo en Veysonnaz (Suiza). Se rompió los tendones de un hombro y tuvo una dislocación de clavícula por lo que fue operado y estuvo sin poder entrenar cinco meses, hasta su regreso en septiembre.

Tras no terminar sus carreras en los dos anteriores Juegos Olímpicos, se dio cuenta de que su cabeza le jugaba malas pasadas, por lo que este año decidió ir a un psicólogo y el resultado ha sido esta medalla de bronce, mostrando jerarquía y ambición en todas las eliminatorias. Una medalla que se une a la plata que logró en el Mundial del año pasado en snowboardcross por equipos, junto a Lucas Eguibar.

Quería dedicarle una medalla a un amigo, de nombre Ángel, que falleció hace casi tres años, así como al entrenador del equipo nacional, Israel Planas, que murió el año pasado. Y Regino Hernández lo consiguió.

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