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Cristiano Ronaldo./ Afp
Cristiano Ronaldo vive en su búnker

Cristiano Ronaldo vive en su búnker

A tres días de su debut ante España en el que puede ser su último Mundial, el portugués sigue sin aclarar su futuro en el Madrid

VÍCTOR m. robledo

Lunes, 11 de junio 2018

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Mientras los futbolistas del Real Madrid celebraban la Champions sobre el césped del Estadio Olímpico de Kiev, un hombre corpulento, de gesto serio y con la cabeza rapada seguía todos los movimientos de Cristiano Ronaldo un par de pasos por detrás de él. Nuno da Cruz Marecos, un exparacaidista y antiguo luchador de MMA, se estrenaba aquella noche como guardaespaldas del astro portugués y su familia, cargo que mantendrá durante las próximas semanas en Rusia. Además de la intimidante figura de Nuno, un enorme dispositivo de seguridad rodea estos días la pequeña localidad de Krátovo, donde la selección lusa ha establecido su cuartel para el Mundial. Ninguna de esas medidas, sin embargo, parece tan inexpugnable como el búnker que ha construido el propio Ronaldo alrededor de sus intenciones. Diecisiete días después de la final de Kiev, tras aquellas explosivas declaraciones a pie de césped en las que emplazaba al madridismo a una aparición pública en la que aclararía su incierto futuro en el club, el luso sigue sin hablar y no existen muchas pistas sobre sus planes.

En los quince minutos del entrenamiento de este lunes en los que el seleccionador Fernando Santos permitió la entrada de los medios se vio a un Ronaldo bromista con sus compañeros, juguetón con la pelota y ajeno a las cámaras que se disparaban con cada movimiento suyo, o tal vez no. El portugués parece decidido a jugar con los silencios, una forma de hablar que ya ha demostrado que domina con tanta eficacia como las palabras. La sorprendente salida de Zinedine Zidane del Madrid parece dar cierta posición de fuerza a Ronaldo, consciente tal vez de que el club difícilmente podría justificar el adiós de dos de sus emblemas históricos en cuestión de semanas.

Un exparacaidista y antiguo luchador ejerce de guardaespaldas del astro luso y su familia

Se esperaba que Ronaldo hablara al llegar a Rusia no solo de su futuro, sino también del regusto que le ha dejado la temporada en el Madrid, de la marcha de su entrenador o de sus sensaciones de cara al inicio del Mundial. De momento, en la agenda de Portugal no hay fecha prevista para eso. El '7' blanco se incorporó a la concentración de su selección hace solo ocho días, tras disfrutar de una semana de descanso extra por la conquista de la Champions. En Cascais, donde Portugal completó el primer tramo de su preparación, sus compañeros tuvieron que esquivar con mano izquierda las primeras preguntas sobre su capitán, una situación que se repitió este lunes, en la primera rueda de prensa de un jugador luso en Rusia. «Le veo normal, no me parece que esté preocupado por su futuro. Está bastante concentrado en la selección nacional y en ayudar», aseguró lacónico el centrocampista Manuel Fernandes.

No solo existe Ronaldo

El aluvión de preguntas sobre Ronaldo obligó a Fernandes a poner en un segundo plano su figura y subrayar el papel del grupo antes del inicio del Mundial. «Nosotros venimos para ganar todos los partidos y no pensamos en otra cosa. No debemos concentrarnos en la situación de Ronaldo», apuntó el futbolista del Lokomotiv de Moscú, que recordó además que Portugal se proclamó hace dos años campeona de Europa «no solo gracias a Ronaldo, sino también gracias al juego de equipo». No obstante, en el complicado equilibrio verbal de desviar el foco sin quitar luz a Cristiano, Fernandes supo mantenerse hábilmente en pie al asegurar que el '7' de Portugal es «es el mejor del mundo» y que el equipo tiene cierta «dependencia de sus goles».

La salida de Zidane parece darle cierta posición de fuerza: sería difícil justificar la marcha de ambos

Ajeno seguramente a las palabras de su compañero, Cristiano se mantenía en ese momento en algún rincón del recinto de concentración de Portugal. En la entrada principal, atentos a cualquier movimiento, los cuerpos de seguridad se afanan en registrar con detectores de metales los vehículos de invitados. El complejo Saturn Training Centre cuenta con once hectáreas sobre las que se reparten dos campos de fútbol de hierba natural, uno de hierba artificial, dos gimnasios equipados con máquinas de última generación, restaurante, piscina, sauna, baño turco, salas de ocio y unas zonas arboladas que le dan desde fuera un aire de espacio inexplorable, aunque no tanto como el propio Cristiano Ronaldo. El viernes arranca ante España el que seguramente sea su último Mundial y solo él sabe lo que pasa por su mente.

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