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Carrasco dispara ante la oposición de Parejo. Heino Kalis (Reuters)
Marcelino y Simeone se anulan
Jornada 3

Marcelino y Simeone se anulan

Valencia y Atlético firman tablas en un choque de alta tensión, trabado e impreciso por momentos pero siempre vibrante

Óscar Bellot

Madrid

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Sábado, 9 de septiembre 2017, 00:10

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El Atlético de Madrid visita Mestalla en el que será su último encuentro liguero a domicilio antes del estreno del Wanda Metropolitano el 16 de septiembre ante el Málaga. Lo hará para medirse al Valencia de Marcelino, un técnico que ha trocado la desolación a que abocó a la parroquia che el pobre desempeño del conjunto de la costa la pasada campaña por la esperanza que ha despertado en sus dos primeros partidos oficiales del presente curso. Una victoria por la mínima ante Las Palmas en la primera jornada y un meritorio empate en el Santiago Bernabéu frente al vigente campeón en la segunda han servido para levantar el ánimo de un público que venía de encadenar decepción tras decepción. En Valencia parecen ver por fin la luz al final del túnel. Y ninguna escuadra mejor para calibrar la solidez de los cimientos del proyecto armado por el asturiano que el Atlético de Diego Pablo Simeone, un preparador con el que el ex del Villarreal comparte parecida filosofía de juego, según reconoció el argentino en la víspera.

«Me siento identificado en la idea de Marcelino, en su juego y lo que muestran sus equipos. Con el Villarreal siempre nos ha costado y no me imagino un partido no complicado mañana», manifestó Simeone, protagonista de la semana atlética con su renovación hasta 2020. Confesó que el de Villaviciosa es «posiblemente el entrenador con características más parecidas» a las suyas, como ha evidenciado el inicio de Liga. El Valencia, subrayó, «es un equipo que se cierra bien, con futbolistas que atacan bien los espacios" como Zaza o Rodrigo, a lo que se añade el trabajo de Parejo en la medular. «Eso hace un equipo competitivo», agregó. Alabanzas que adquieren un especial significado viniendo de quien lo hacen.

Desde su aterrizaje en el banquillo del hoy desechado Vicente Calderón en diciembre de 2011, Simeone ha edificado un cuadro que jamás baja la guardia y que ha revertido el desequilibrio favorable al Valencia en la clasificación histórica de la Liga. Con el argentino al timón, el Atlético ha pasado del quinto puesto en esa tabla a la tercera que ostenta en la actualidad, a la sombra únicamente de los dos colosos del campeonato. Casi seis años después de aquella incorporación del Cholo, el Valencia ha bajado del tercer al cuarto lugar, con 56 puntos menos recolectados que los rojiblancos. Once inquilinos han desfilado por el banquillo che, ejemplificando la falta de rumbo de la entidad que preside Peter Lim, mientras el Atlético se mecía en la estabilidad sin parangón en las últimas décadas aportada por Simeone.

Ayuda divina

Sueñan en Valencia con que Marcelino aporte a su equipo buena parte de la consistencia de que Simeone ha dotado al Atlético, aunque el asturiano, que se encomendó a la Virgen de Covadonga para sacar este sábado los tres puntos, no quiere comparaciones con su homólogo. Las dos primeras jornadas apuntan en esa línea. Las incorporaciones de futbolistas como Kondogbia o Murillo han dado mayor empaque al conjunto che, que viene de parar los pies al fulgurante Real Madrid de comienzos de temporada gracias también al lucimiento de dos canteranos ya convertidos en realidad como Carlos Soler y Lato. Le buscó la vueltas Marcelino en el Bernabéu a Marcelo y sobre todo a Carvajal, desbordado este último por la pujanza de Gayà y Lato por el carril izquierdo. Merced a una asociación de ambos llegó el tanto de Soler que neutralizaba el que minutos antes había anotado Asensio.

Podría repetir apuesta el asturiano frente al Atlético, a menos que opte por dar cuerda a Andreas Pereira, uno de sus últimos refuerzos, aunque ateniéndose a las palabras del técnico parece poco probable que el ex del Granada salga de inicio al haber completado sólo dos entrenamientos. Lo mismo ocurre con Gonzalo Guedes, cedido por el PSG. Ambos recibieron el cariño de Mestalla esta semana, junto a las otras cinco caras nuevas del plantel, pero todo apunta a que escucharán el pitido inicial sentados en el banco, donde también podría estrenarse Gabriel Paulista, una vez que Garay se ha recuperado de la lumbalgia que le impidió estar en el Bernabéu, por lo que el argentino conformaría el eje de la zaga con Murillo. Fuera de la convocatoria se quedaron los lesionados Vezo y Nacho Gil, así como Orellana, descartado por decisión técnica.

Simeone volverá a contar con la baja de Griezmann, que cumplimentará su segundo y último encuentro de sanción por la expulsión ante el Girona. Una ausencia que no afectó al Atlético en su visita a Las Palmas, donde goleó con una delantera formada por Vietto y Correa. Este último ha comenzado la temporada como un tiro, asumiendo la exigencia de Simeone de dar un paso al frente, lo que obligaría a Gameiro y Torres a aguardar de nuevo su turno. Juanfran recuperará su sitio en la banda derecha en lugar de Vrsaljko, que no entró en la convocatoria, y Filipe Luis hará lo propio en el carril izquierdo, lo que permitiría a Lucas Hernández desplazarse al centro de la defensa junto a Savic para dar descanso a Godín y Giménez tras sus partidos con Uruguay. La principal duda es si el argentino volverá a dar minutos a Thomas tras su buen encuentro, gol incluido, frente a Las Palmas, o devolverá el timón a Gabi.

-Alineaciones probables:

Valencia: Neto, Montoya, Murillo, Garay, Gayà, Kondogbia, Parejo, Lato, Soler, Rodrigo y Zaza.

Atlético de Madrid: Oblak, Juanfran, Savic, Lucas, Filipe, Carrasco, Gabi o Thomas, Saúl, Koke, Correa y Vietto.

Árbitro: José Luis González González (C. Castellano-leonés).

Estadio: Mestalla.

Hora: 16.15

TV: BeIN

Tablas en el duelo de estrategas. Valencia y Atlético empataron a cero en un choque de alta tensión, trabado e impreciso por momentos pero siempre vibrante, sólo apto para jugadores corajudos como los que integran las plantillas de dos de los equipos de la Liga en los que la influencia de su entrenador resulta más palmaria. Dos conjuntos con dibujo, intenciones y filosofías similares que llegaron al encuentro empatados en la tabla y con el buen sabor de boca que les dejó a ambos la jornada precedente: goleada rojiblanca en Canarias y meritorio empate con sabor a triunfo che en el Santiago Bernabéu. Para uno y otro era una prueba de alto nivel dirigida a calibrar sus posibilidades en un torneo en el que aspiran a amenazar la hegemonía de los dos colosos del fútbol español. Exigencia que se evidenciaba tanto en la intensidad con que los técnicos vivían el encuentro desde el banquillo como en la concentración de los 22 futbolistas sobre el campo. A tenor de lo visto, cuentan con bases sólidas para llegar alto, aunque habrán de mejorar la pólvora.

Valencia

Neto, Montoya, Garay (Murillo, min. 73), Gabriel, Gayà, Andreas Pereira (Guedes, min. 60), Parejo, Kondogbia, Carlos Soler, Zaza y Rodrigo (Santi Mina, min. 69).

0

-

0

Atlético de Madrid

Oblak, Juanfran, Savic, Lucas, Filipe Luis, Thomas, Koke, Saúl, Carrasco (Gaitán, min. 59), Correa (Gameiro, min. 71) y Vietto (Fernando Torres, min. 64).

  • Árbitro: José Luis González González (Comité Castellano-leonés). Mostró amarilla a Montoya por parte del Valencia

  • Incidencias: Partido de la tercera jornada de Liga disputado en Mestalla ante 43.659 espectadores. Antes del encuentro, se guardó un minuto de silencio en memoria de los socios del Valencia fallecidos la pasada campaña.

Primó en el partido el orden y la contención sobre las alegrías ofensivas. Algunas de estas últimas, con todo, hubo en un encuentro de alternancias en la posesión y las ocasiones. Inevitable con la presencia sobre el césped de futbolistas tan talentosos como Parejo, capaz de hacer un maravilloso caño rebasada la primera media hora, o Carrasco, autor de un eslalon en el área valencianista que no acabó en gol porque el belga se pasó de virguero. Pecado en el que reincide en demasía el ex del Mónaco, cuyo talento podría elevarle a mayores cotas de rehabilitarse de su excesiva tendencia al adorno.

Aunque la mejor ocasión la tuvo en sus botas Vietto, un delantero siempre bajo sospecha desde su aterrizaje en la capital y que necesita reivindicarse contra el reloj, antes de que la apertura del mercado de invierno y la posible llegada de Diego Costa le obliguen a buscarse las castañas en otro lugar. Al argentino le llegó el balón a pase de Thomas dentro del área después de que Kondogbia cometiese uno de los pocos errores de bulto del primer tiempo, rápidamente penalizado por el siempre atento Correa, pero el disparo tras reverso del ariete, que volvió a repetir junto a su compatriota en la punta como ante la U.D. Las Palmas, se marchó alto.

Fue Correa el que mayores quebraderos de cabeza le causó a la zaga local. Determinado a aprovechar los minutos que Simeone le está dando en ausencia de Griezmann, el habilidoso delantero supo aprovechar la zona entre las dos líneas de cuatro con que se armaba en defensa el cuadro de Marcelino, que se desgañitaba demandando a sus futbolistas que achicasen espacios.

Había optado el técnico de Villaviciosa por dar carrete de entrada a dos de sus flamantes incorporaciones veraniegas, Gabriel y Andreas Pereira. Inclusión la de este último que desmontó la dupla Lato-Gayà que tan buenos resultados le dio al preparador asturiano en el Bernabéu pero que permitió ver buenos detalles del centrocampista prestado por el Manchester United antes de que su entrenador le reemplazase por otro de los nuevos y más deseados, Guedes. Apenas un minuto antes de que saltase el portugués lo había hecho Gaitán por Carrasco. Y a punto estuvo el extremo argentino de pescar en la primera que tuvo. Sacó bien la mano Neto, que volvió a mostrarse tan sólido como en el Bernabéu.

Simeone, que veía cómo el dominio de la pelota y el mayor número de aproximaciones al área no se traducía en gol, cambió de pareja de ataque, retirando a Vietto y Correa para perseguirlo mediante la velocidad de Gameiro y el oficio de Torres. La búsqueda de un fútbol más directo por parte del Atlético permitió al Valencia crecer, espoleado por una afición a la que le gusta lo que ve tras las penurias del pasado curso. El Atlético, que había merecido más, pudo pagar la falta de acierto en el correcalles final a medida que las fuerzas se escapaban por mor de la tremenda exigencia del choque. Le sostuvo entonces su renovada zaga –tres caras nuevas respecto a la jornada anterior- y especialmente un Lucas Hernández que estuvo especialmente contundente en su regreso al eje de la retaguardia.

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