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Luis Suárez, en la acción del gol.

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Luis Suárez, en la acción del gol. Vincent West (Reuters)
Jornada 24

El Barça responde a la exigencia del Eibar antes de la Champions

Once de gala de Valverde para lograr la victoria y romper la racha de dos empates seguidos con goles de Luis Suárez y Jordi Alba

JESÚS BALLESTEROS

BARCELONA

Sábado, 17 de febrero 2018

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Tras dos empates consecutivos en Liga y con el Chelsea esperando el martes en Stamford Bridge en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, el Barça visita al Eibar con un dilema para Ernesto Valverde: reservar o no jugadores para Londres cuando el Atlético comienza a ir como un tiro y se ha colocado a siete puntos, con un pulso directo por jugarse en el Camp Nou el 4 de marzo.

El hecho de que la plantilla azulgrana llegue relativamente descansada tras los primeros días de 2018 sin partido intersemanal y la dificultad del Eibar, que en los últimos diez partidos sólo ha perdido ante el Atlético (0-1), con seis victorias y tres empates, invita a pensar que el técnico alineará a su mejor once posible. Tiene la duda de Piqué, todavía con la rodilla derecha entre algodones desde el derbi de la discordia ante el Espanyol.

En el Barça se ha aplicado la lógica para interpretar las dificultades que ha tenido el equipo en los tres últimos partidos. Ganó sin merecerlo demasiado al Alavés (2-1), empató en los últimos minutos en Cornellà- El Prat (1-1) y ya no marcó contra el Getafe (0-0). Evidentemente, clasificarse para la final de Copa conllevó un desgaste físicos, pero no se puede ocultar que tres equipos que se han cerrado muy bien han causado problemas al líder. Eso sí, permanece invicto y todavía hay jugadores que pueden marcar diferencias como Dembélé y Coutinho que todavía no han explotado, el primero por sus lesiones y el segundo por su falta de compenetración ya sea como interior o como falso extremo. Los dos están disponibles.

El técnico azulgrana insiste que ese descanso era una necesidad «más mental que física. Es verdad que las semanas en las que tienes cuatro días entre cada partido se administran bien. Nos ha venido bien parar, para descansar mentalmente de luchar cada semana por superar la eliminatoria de Copa y por mantener el pulso en la Liga". El Barça viene de enlazar varias semanas jugando partidos cada tres días, puesto que cinco de los seis duelos de Copa se han jugado en jueves y después han jugado la Liga en domingo.

En ese sentido, Valverde recordado que «el Chelsea juega en viernes, nosotros un sábado. Ese día de diferencia es bastante, para recuperar físicamente». El técnico incluso no ocultó que le «habría gustado jugar ante el Eibar hoy viernes, para tener un día más antes del choque ante el Chelsea», aunque avisó, para zanjar cualquier polémica, que desconoce si el club le hizo esa petición a la Liga.

El Eibar, que tiene las bajas de los lesionados Sergi Enrich y Fran Rico, espera mejorar su suerte ante un Barça contra el que siempre compite bien , pero sin puntuar. «Si el Barça alcanza su nivel no tenemos nada que hacer », reconoce José Luis Mendilibar, aunque avisando que «tenemos buenas sensaciones, estamos en nuestro mejor momento y sabemos que para superarles no debemos tener dudas cuando vayamos a buscarles arriba».

Apenas unos segundos de brillantez, combinados con más de 90 minutos de pura exigencia, necesitó el Barça para doblegar al Eibar en Ipurua y romper así esa mini crisis de resultados con las que afrontaba el líder el choque en tierras vascas. Tras dos empates seguidos y no pocas cábalas por parte del grupo perseguidor, el equipo de Ernesto Valverde logró solventar un choque de los denominados trampa. Ya no sólo por el buen rendimiento que está dando el equipo de José Luis Mendilibar (tuvo al Barça contra las cuerdas) sino por la proximidad del reencuentro con la mayor de las competiciones continentales.

Que el partido era un auténtico marrón para el Barça era evidente. El equipo necesitaba ganar sí o sí en Ipurua tras dos empates consecutivos ligueros que habían dado alas al Atlético (segundo clasificado). Pero en el horizonte ya asoma la Champions y el Chelsea de Antonio Conte por lo que cualquier acción o decisión podía tener reacción el martes en Stamford Bridge.

No se lo pensó Ernesto Valverde que dispuso su equipo de gala ante el Eibar, sabedor de que era necesario cortar la pequeña hemorragia de resultados y evitar más cuentas de las justas para los perseguidores.

A toro pasado, y esperando lo que tenga que venir en Londres, acertó el técnico azulgrana, sobre todo por la exigencia máxima que impuso el cuadro vasco. Notable fue la verticalidad impuesta por Mendilibar, quien alentaba a los suyos a buscar la portería de Ter Stegen de forma compulsiva.

Eibar

Dimitrovic, Peña, Arbilla, Ramis (Lombán, min. 46), José Ángel, Orellana, Dani García, Diop (Escalante, min. 74), Inui, Jordán (Charles, min. 83) y Kike.

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Barcelona

Ter Stegen, Sergi Roberto (Semedo, min. 90), Piqué, Umtiti, Jordi Alba, Busquets, Rakitic, Iniesta (Coutinho, min. 63), Paulinho (Aleix Vidal, min. 74), Messi y Luis Suárez.

  • Árbitro: Hernández Hernández (canario). Expulsó a Orellana por doble amarilla (min. 66) y a Mendilibar (69). Amonestó a Iniesta, Diop.

  • Goles: 0-1: min. 16, Luis Suárez. 0-2: min. 88, Jordi Alba.

  • Incidencias: Estadio de Ipurua. 6.760 espectadores. La mayor entrada de la historia del Eibar en Ipurua.

La presión alta que imponía el Eibar obligaba al Barça a buscar algún que otro balón en largo ante la falta reales de espacios. Ante la avalancha local que supuso el primer tiempo, lo mejor que le pudo pasar al Barça fue que Messi y Luis Suárez volvieran a conectar algunas jornadas después.

Acababa de cumplirse el primer cuarto de hora de juego, pero el Eibar ya había avisado de forma clara hasta en tres ocasiones. Sin embargo, la primera que agarró Messi la condujo lo justo para marcar un pase de tiralíneas con el que dejó franco a Suárez. El charrúa, que ha vuelto por sus fueros, no erró ante Dimitrovic, al que dejó sentado antes de poner por delante a los suyos.

El partido era eléctrico, atractivo para el ojo neutral, los equipos se buscaban sin miramientos amparados en esa sensación de claustrofobia que se respira en Ipurua. Orellana y Messi estrellaban sendos balones a la madera justo antes del descanso, refrendando esa máxima de que el tiempo no corre igual de rápido si disfrutas con lo que ves.

Que el Eibar esté a escasos puntos de la zona europea de la tabla no es casualidad. Sin duda, es un gustazo ver jugar al equipo de Mendilibar. Lo mismo se coloca en la portería rival con una triangulación vertiginosa, que controla el tempo del juego a base de toque y más toque dejando una inusual estampa con el Barcelona como espectador.

Exigió lo máximo el cuadro vasco al líder, incluso con uno menos. Alentado el equipo por las expulsiones de Orellana y Mendilibar (exaltado éste por la doble amarilla a su jugador), el Eibar llevó el choque al barro sabiendo que una jugada aislada podía llevar las tablas al marcador.

Con el choque desmembrado, el Barça buscó conseguir el control que no había tenido en todo el duelo. Inui, cual kamikaze, se resistía a caer derrotado y buscaba con más ahínco que nadie la meta de Ter Stegen al que hizo intervenir en un par de ocasiones en el tramo final del choque.

Aunque las mejores intervenciones de la tarde serían de Dimitrovic, quien abortó por dos ocasiones el gol azulgrana. Primero a Messi tras jugada espectacular con Coutinho, y minutos más tarde a Aleix Vidal tras el enésimo pase clavado del astro argentino.

Pudo ser una tarde redonda para el portero serbio si Jordi Alba no hubiese metido el segundo en los estertores del choque. Dimitrovic sacó el tiro de Messi, pero nada pudo hacer para el 0-2 con el que acababa el choque, de enorme exigencia para las piernas azulgrana.

La exigencia del duelo quedará patente ante el Chelsea, pero lo cierto es que el Barça necesitaba recuperar la senda de las victorias en Liga. Con el triunfo ante el Eibar, el Barça de Valverde se mantiene invicto y va camino de superar algunos registros de la era de Guardiola.

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