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Cristiano celebra su gol sin camiseta.

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Cristiano celebra su gol sin camiseta. Reuters
Cuartos | Vuelta

El Madrid pasa del ridículo al éxtasis

Un polémico penalti en el descuento permite a Cristiano sellar el octavo pase consecutivo a semifinales del campeón y castiga a una Juventus enorme

Ignacio Tylko

Madrid

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Miércoles, 11 de abril 2018

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Sólo una hecatombe mayúscula privará al Real Madrid de certificar este miércoles el pase a semifinales de la Liga de Campeones por octava temporada consecutiva. La cómoda renta de tres goles obtenida en la ida, el notable rendimiento de los blancos en lo que va de 2018, su tremenda experiencia en envites de máxima exigencia y los fríos pero abrumadores datos históricos juegan en contra de la Juventus, que pese a todo visita el feudo blanco convencida de que la machada aún es posible.

En fútbol todo puede suceder, máxime cuando en liza figuran dos colosos adornados por un formidable palmarés. Bien lo sabe Zinedine Zidane, que trató de vacunar en la previa a su equipo de los riesgos que siempre acompañan a un exceso de confianza ya que, como recordó, «los grandes clubes no se rinden nunca» y en «una jugada te la lían». Claro que para evitarlo cuenta con un antídoto de lujo, un Cristiano Ronaldo que llega pletórico al choque tras contabilizar 20 goles en sus últimos diez partidos, incluyendo el más bello de los 446 que ha firmado en sus 431 encuentros con la elástica merengue, facturado de chilena la pasada semana en el Juventus Stadium.

Veintisiete años llevan los blancos sin perder como locales un duelo de cuartos de la máxima competición continental. El Spartak de Moscú, allá por 1991, fue el último conjunto capaz de asaltar el Santiago Bernabéu en la antesala de unas semifinales. Un 1-3 que sirvió a los rusos para apear a un cuadro que por entonces tutelaba desde el banquillo Alfredo Di Stéfano, santo y seña del madridismo hasta el advenimiento de Cristiano Ronaldo, heredero de la 'Saeta Rubia' como emblema del club, según se encargaron de recordar la víspera tanto Florentino Pérez como un Zidane que aún sigue asombrado por la maravillosa diana del '7' en Turín.

Desde aquella lejana derrota, 15 partidos consecutivos invicto del doce veces campeón de Europa en el coliseo de La Castellana en esta ronda que ha logrado sobrepasar sin falta desde la campaña 2010-2011, los últimos once resueltos con victoria del anfitrión. 40 goles a favor y sólo ocho en contra en esa quincena de encuentros que conforman la notable racha iniciada precisamente ante la Juventus en el curso 1995-1996, en el transcurso de la cual sólo una vez se quedó sin marcar el Real Madrid. Sólo otras dos veces sucumbió la escuadra merengue en Chamartín en unos cuartos de final de la Copa de Europa –ante la Juventus y el Inter de Milán en los años sesenta- y en ambas ocasiones por resultados que no le servirían al cuadro turinés para lograr ahora el pase.

Examen para Vallejo

Contra todo ello peleará la Juventus que, como manifestó Giorgio Chiellini, precisará de «algo de locura» para culminar una gesta que se antoja quijotesca. Tanto que sólo uno de los resultados que ha cosechado el cuadro bianconero a domicilio esta temporada le valdría para superar la eliminatoria, el 2-6 que logró ante el Udinese en la Serie A, mientras que una reedición del 0-3 que firmó frente al Bolonia en el campeonato italiano abocaría a la prórroga.

Para resguardarse de una sorpresa histórica, Zidane cuenta con todos sus efectivos disponibles a excepción del sancionado Sergio Ramos y el lesionado Nacho. Ausencias sensibles en el eje de la zaga que obligarán a Varane a vestir los galones de mariscal de la retaguardia, donde todo indica que tendrá como compañero a Vallejo, una vez que el maño ha superado los problemas musculares que le privaron de participar en el derbi del pasado fin de semana.

De alistar al prometedor central español en lo que sería su estreno en la Champions, podrá Zidane mantener su habitual triunvirato en la medular, evitando retrasar la posición de Casemiro tras dos pruebas –ante el Celta en Copa del Rey la pasada temporada y frente al Valencia en la segunda jornada de la presente Liga- que no fueron demasiado satisfactorias. Isco se perfila como el cuarto centrocampista, subsistiendo la duda de si será Bale o Benzema el acompañante de Cristiano Ronaldo en la delantera en el que será el partido número 150 del voraz artillero en la Champions. Descansó de inicio el galo ante el Atlético, lo que le da buenas cartas para figurar en el once, lo que constituiría un nuevo espaldarazo de Zidane a su compatriota, del que el técnico reconoció que está «sufriendo» por su falta de gol.

¿El adiós de Buffon?

Consciente de lo enrevesado de la empresa, pero amparado en la imprevisibilidad del fútbol, comparece la Juventus con la sensible baja de Paulo Dybala, expulsado en la ida, y la menos notable ausencia de Rodrigo Betancur por acumulación de amonestaciones, pero recupera a Miralem Pjanic, faro en el mediocampo al que tanto echó de menos la 'Vecchia Signora' en la ida.

La clarividencia del bosnio y su tremenda amenaza a balón parado se antoja fundamental para dar oxígeno a las ilusiones de los 'tiffosi' en el que será el reencuentro del '5' juventino con su idolatrado Zidane y el regreso de Gonzalo Higuaín a la que fue su casa durante seis temporadas y media. El argentino, que marcó 121 tantos en su periplo madridista pero que se marchó frustrado hace una semana del Juventus Stadium tras negarle el gol Keylor Navas con una soberbia parada aún con 1-0, conformará el vértice de un ataque en el que Douglas Costa y Mario Mandzukic buscarán el desborde por las bandas. Atrás, el incombustible Gianluigi Buffon tratará de sellar el marco turinés para que el Santiago Bernabéu no sea testigo de su adiós a una competición que, salvo sorpresa, se quedará sin ganar.

El Real Madrid estuvo a punto de firmar un ridículo histórico, jamás visto en la historia de la Copa de Europa ante una Juventus extraordinaria, pero al final estará en su octava semifinal consecutiva de la Champions, que es lo que quedará en la historia le pese a quien le pese y se discuta lo que se discuta.

Se cumplía el último minuto de descuento y al prórroga ya era casi un mal menor para un Madrid errático cuando el árbitro inglés Michael Oliver señaló un penalti muy polémico por un derribo discutible de Benatia a Lucas y después expulsó a Buffon por protestar en el que pudo ser último partido en la Champions del veterano portero. A Cristiano no le tembló el pulso y batió al polaco Szczesny, que entró por Higuaín.

Final insólito para una eliminatoria que parecía resuelta en Turín, pero el fútbol jamás deja de sorprender. Cristiano sigue sin fallar en esta Champions, ya suma 15 goles, y sin dejar de marcar cuando juega ante la Juventus. Pasó el Madrid, lo celebró el Bernabéu, pero Zidane su equipo se lo deben hacer mirar. Les ocurrió lo que se pensaba que pudo hacer el PSG en la ida de octavos, cuando el campeón llegaba en un pésimo momento.

Real Madrid

Keylor Navas, Carvajal, Varane, Vallejo, Marcelo, Modric (Kovacic, min. 75), Casemiro (Lucas Vázquez, min. 46), Kroos, Isco, Cristiano y Bale (Asensio, min. 46).

1

-

3

Juventus

Buffon, De Sciglio (Lichtseiner, min. 17), Benatia, Chiellini, Alex Sandro, Khedira, Pjanic, Matuidi, Douglas Costa, Higuaín (Szczesny, min. 93) y Mandzukic

  • ÁRBITRO: Michael Oliver (Inglaterra): Expulsó a Buffón (min. 93). Mostró amarilla a Pjanic, Carvajal, Mandzukic, Lichtsteiner, Benatia, Douglas Costa, Marcelo y Cristiano.

  • GOLES: 0-1: min. 2, Mandzukic. 0-2: min. 37, Mandzukic. 0-3: min. 61, Matuidi. 1-3: min. 90+6, Cristiano, de penalti.

  • INCIDENCIAS: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu ante unos 78.000 espectadores, de ellos 3.000 juventinos. Noche invernal. Mosaico con un gran tiburón blanco en el fondo sur

La gesta de la Roma ante el poderoso Barça era el mejor mensaje posible para que el Madrid no se relajara ante la Juventus. Por si acaso, Zidane advirtió a sus jugadores de que la eliminatoria estaba al 50%. Una exageración, sobre todo si se tiene en cuenta que en la historia de las competiciones continentales sólo el Dinamo de Bucarest fue capaz de eliminar al Slovan Liberec checo después de perder 0-3 en la ida. Y fue por penaltis.

Pese a los avisos, el campeón salió al campo con una relajación inexplicable. Y la Juventus nada de venir a Madrid a jugar un trámite. Ya advirtió Zizou antes de la ida que es un club con el mismo ADN ganador que el Madrid. Con todo aparentemente perdido, el campeonísimo italiano, cercano a su séptimo 'scudetto' consecutivo, salió con una presión altísima y las ideas muy claras. Cargar el juego a la espalda de Marcelo, buscar una y otra vez la velocidad y el desequilibrio de Douglas Costa y centrar muy pasado para que Mandzukic se impusiera a Carvajal.

Del mismo modo que Cristiano marcó enseguida en Turín, la Juve se puso por delante en el Bernabéu. Fue fruto de un gran centro de Khedira y un cabezazo franco del ariete croata. El gol más rápido encajado por el Madrid en su feudo en la historia de la Copa de Europa. Ese gol revivió a la 'vecchia signora' y puso de los nervios a una zaga blanca que echó de menos al capitán Sergio Ramos por su jerarquía, experiencia, dotes de mando y contundencia. Sin el sevillano, el equipo reculaba. Tanto Varane como el joven Vallejo, debutante en estas lides, se mostraban muy vulnerables.

En apenas un cuarto de hora, la Juve marcó un gol y generó cinco buenas ocasiones, varias de ellas abortadas por Keylor Navas. Nervios en el campo y en la grada, donde se escuchaba más a los hinchas transalpinos. Mejoró ligeramente el Madrid de forma paulatina, tocó algo más el balón y pudo empatar en una acción anulada por un fuera de juego muy dudoso de Isco. Bale, titular en lugar de Benzema, como en el derbi ante el Atlético, también la tuvo pero no pudo superar a Buffon, ni acertó después de tacón.

El problema del Madrid es que se partía porque los de arriba no ayudaban y Modric y Kroos estaban muy bien tapados por Matuidi y Khedira, respectivamente, Cada vez que salía la Juve, se sentía el peligro. No estaba Dybala, pero Benatia y Pjanic le dan más empaque a este equipo. También se notó, y mucho, la presencia de Matuidi y Mandzukic, suplentes en la ida.

Llegó el segundo de los italianos en otra jugada parecida a la del primero. Esta vez fue Lichtsteiner el que centro para que Mandzukic rematase. Fallaron la zaga y Keylor, que se la comió por su palo. Zozobra en el Bernabéu. No era la noche de los blancos todavía. Se comprobó cuando Varane cabeceó al travesaño un centro lateral de Kroos, en saque de falta.

Con o sin acierto, Zidane no hizo como Ernesto Valverde y buscó una reacción con dos cambios en el descanso. Fuera Bale y Casemiro y dentro Lucas y Asensio, pero ambos entraron también agarrotados por el pánico al ridículo. Trató el Madrid de tener más balón y darle pausa al juego. Pudo marcar pronto pero Buffon le detuvo un disparo a Cristiano.

Ocurrió, empero, que Keylor cometió un error impropio de este nivel al no embolsar un centro contra su pecho y Matuidi igualó la eliminatoria con media hora aún por delante y el Madrid sin mediocentro de equilibrio en el campo.

Incredulidad, pitos, aplausos, extraña mezcla en el Bernabéu. Los blancos estaban fuera de sitio, presos de los nervios, y a la Juve le entraron entonces las dudas, un pecado terrible con el Madrid enfrente. Habían logrado ya un imposible con un resultado que forzaría la prórroga, pero no supieron si irse en busca del Madrid para rematarlo o dar un pasito atrás. Cuando ingresó en el campo Kovacic en lugar de un extenuado Modric, el público reclamó más testiculina. Y de ahí al célebre cántico de «cómo no te voy a querer». La tuvo Isco en una contra, pero de nuevo Buffon estuvo inmenso. Luego Varane remató cayéndose pero no entró. La hinchada ya rugía. Y cuando el Bernabéu entra en ebullición, ya se sabe lo que suele ocurrir. Ramos, vestido de paisano, se ubicó en el túnel de vestuarios para arengar a los suyos. Y en esas llegó el penalti. !Más madera!

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