Borrar
Cristiano Ronaldo celebra su gol en el Parque de los Príncipes.

Ver fotos

Cristiano Ronaldo celebra su gol en el Parque de los Príncipes. EFE
Octavos | Vuelta

El rey toma París

Cristiano conduce a cuartos a un Madrid notable y destroza otro proyecto del nuevo rico francés

Ignacio Tylko

Madrid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 6 de marzo 2018

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Sin Neymar pero con un Ángel Di María hipermotivado y un bloque conjurado para demostrar que es capaz de brillar sin su estrella más rutilante, el París Saint-Germain recibe este martes al Real Madrid en un Parque de los Príncipes convertido en una auténtica caldera en la que sus propietarios cataríes esperan consumir al campeón de tres de las cuatro últimas ediciones de la Liga de Campeones. Les va en ello el éxito de un faraónico proyecto erigido en torno a los dos futbolistas más caros del orbe pero que se tambalea desde que su aristocrático contrincante le endosase un 3-1 en la ida. Sofocar el ardor guerrero del nuevo rico será la misión del experimentado cuadro merengue, que celebrará su 116 cumpleaños en la ciudad de la luz jugándose el presente y el futuro en el torneo en el que ha pergeñado sus páginas más gloriosas.

El día D y la hora H han llegado. Sólo uno quedará en pie en la enésima madre de todas las batallas futbolísticas. El que sobreviva podrá seguir soñando con estar el próximo 26 de mayo en la final de Kiev. Al caído le aguardarán meses de penitencia para expiar, a buen seguro que con un reguero de millones, sus pecados.

El estado físico de sus lustrosas plantillas ha marcado el interregno entre el duelo de hace tres semanas en el coliseo de La Castellana y la sentencia de la por muchos considerada como final anticipada en el feudo parisino. Comparecen PSG y Real Madrid con un extenso parte de guerra. Abatido Neymar por una lesión en el quinto metatarsiano del pie derecho, el cuadro francés ha orquestado en los últimos días una abrasiva campaña con el doble propósito de reafirmar la moral de su pelotón de astros e inocular el miedo en el de Zidane. Operación en la que se inscribe el reclutamiento de sus temidos ultras así como las presiones sobre la UEFA a cuenta del estamento arbitral y que llevó a otra dimensión Unai Emery al otorgar al encuentro carácter de asunto de Estado. «Este es un momento único para toda Francia», proclamó el técnico.

El preparador guipuzcoano, al que sólo le vale el pase para sortear el finiquito de sus jefes, ha recuperado a la carrera a baluartes como Marquinhos, Verrati o Thiago Motta. La baja de Neymar ha devuelto además a primera línea a Di María. ‘El Fideo’ quiere ajustar cuentas con la escuadra que abandonó en 2014 después de ser elegido como el mejor de la final de Lisboa que significó la ansiada ‘décima’. Los trece goles que suma en este 2018 le convierten en una de las principales amenazas del PSG.

Aunque pesa el 3-1 de la ida, los parisinos se agarran al recuerdo de la campaña 1992-1993, cuando fueron capaces de voltearle al Madrid un resultado idéntico en los cuartos de la Copa de la UEFA con un 4-1 en el Parque de los Príncipes. Les anima además su impecable desempeño como locales esta temporada, con 19 victorias en otros tantos partidos. Marcha tan arrolladora que el 4-2 ante el Guingamp en dieciseisavos de la Copa de Francia es el único marcador cosechado en su estadio que les apearía, con otros dos que provocarían la prórroga. «Tenemos la oportunidad de eliminar a un campeón de esta competición y la historia dice que eso te acerca a la conquista del título», subrayó Dani Alves, que persigue su cuarta Champions con el PSG tras negársela el Real Madrid el año pasado en Cardiff cuando defendía la camiseta de la Juventus. «El rival vive de diez minutos, que fueron suficientes para ellos», agregó el lateral, viejo zorro en estos pulsos.

Banquillo de lujo

Como Emery, Zidane ha visto condicionada la preparación del choque por la enfermería. Marcelo, capital hace tres semanas, demostró ante el Getafe que está completamente recuperado de su microrrotura en el bíceps femoral, por lo que volverá a ser uno de los puntales de la ofensiva merengue con su formidable capacidad de desborde, necesaria también para contener la subidas de Dani Alves. No serán de la partida sin embargo Toni Kroos y Luka Modric, recuperados de sus respectivas lesiones pero sin el rodaje necesario para aguantar los 90 minutos con plenas garantías.

Como acompañante de Casemiro, que no sabe lo que es perder una eliminatoria de la máxima competición continental con el Real Madrid, lo mismo que Zidane, formará Kovacic en el doble pivote, con Marco Asensio y Lucas Vázquez en las bandas. El balear le ganó la partida a Bale, que ya se quedó fuera del once en la ida y a Isco, que sí estuvo de inicio ante el PSG en el Santiago Bernabéu. Arriba, Cristiano Ronaldo formará pareja con Benzema. El luso, que suma 14 dianas desde que empezó el año, desvela a Emery y tranquiliza a Zidane. Ha marcado en todos los encuentros de la presente edición de la Champions. En sus botas puede estar, otra vez, la eliminatoria.

El club de leyenda, de las 12 orejonas y del cinco veces Balón de Oro, sofocó el infierno de París, tomó la ‘ville lumière’ e hizo añicos en el primer cruce otro proyecto del PSG, un nuevo rico en el que los millones del jeque Nasser Al-Khelaïfi no le llegan, ni por asomo, para conquistar Europa. El campeón galo se entregó a sus ultras y apeló a la heroica, a los árbitros y a toda Francia para la gran remontada, pero el Real Madrid impuso la ley del más fuerte sobre el terreno de juego. Se pueden quejar los franceses de que les faltaba Neymar, sin lugar a dudas su jugador más desequilibrante, pero Luka Modric y Toni Kroos, renqueantes, tampoco fueron alistados al principio por Zinedine Zidane en una decisión inteligente. El técnico marsellés se siente seguro de nuevo y pisa fuerte en el Madrid. Unai Emery, en cambio, tendrá que decir adiós a final de curso. Se le acabaron al de Fuenterrabía los ejercicios funambulistas en el alambre.

Ante una bestia como Cristiano Ronaldo, no hay insultos, ni bengalas, ni fuego que intimiden. Nada tan imponente como su ambición, su pegada descomunal. Y este curso ha sabido dosificarse en la Liga, de acuerdo con su técnico, pera llegar bien a su cita con Europa. De nuevo, marcó un gol clave, sobre todo por lo que suponía en ese momento. Era el inicio del segundo acto, cuando el PSG trataba de atacar para ponerse en ventaja. A partir de ahí, tres goles eran una montaña imposible de escalar para los parisinos. Y más tras la expulsión de Verratti, la viva imagen de la impotencia.

La aritmética del luso es extraordinaria. Doce goles ya en esta Champions, dos más que todo el Barça. Y nueve partidos seguidos marcando en el gran escaparate europeo, contando el doblete en la final de Cardiff ante la Juventus. Nada menos que 15 goles en sus últimos ocho partidos entre todas las competiciones. Con él, el Real Madrid pudo mantener sin apenas sufrimiento una suculenta ventaja lograda en la ida, que históricamente no le había servido ante el PSV Eindhoven, Grasshopper suizo, Kaiserslautern y el propio PSG, en 1993. Eran otros tiempos, fútbol sin Cristiano. El Madrid deambula por la Liga pero pisa fuerte en Europa. Cinco partidos de máximo esfuerzo hacia la ‘decimotercera’ y tercera consecutiva. Por juego parece que no le llega, por historia y futbolistas, le sobran argumentos.

Zidane se decantó por la meritocracia más que por la fama y los galones, mientras que, a diferencia de lo que ocurrió en la ida, Emery recurrió a un peso pesado como Thiago Silva en el eje de la zaga y a la experiencia en el medio de Thiago Motta pese a estar al límite, ya con 35 años. No cabe duda de que

PSG

Areola, Alves, Thiago Silva, Marquinhos, Yuri, Verratti, Motta (Pastore, min. 58), Rabiot, Di María (Draxler, min. 76), Cavani y Mbappé (Lass, min. 84).

1

-

2

Real Madrid

Keylor, Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo, Lucas, Casemiro, Kovacic (Kroos, min. 71), Asensio (Isco, min. 82), Benzema (Bale, min. 76) y Cristiano.

  • ÁRBITRO: Felix Brych (Alemania): Expulsó por doble amarilla a Verratti (min. 66). Mostró amarilla a Kovacic, Ramos y Cavani.

  • GOLES: 0-1: min. 51, Cristiano. 1-1: min. 70, Cavani. min. 80, Casemiro.

  • INCIDENCIAS: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Parque de los Príncipes ante 46.000 espectadores, de ellos unos 2.000 madridistas. Se guardó un minuto de silencio en memoria del futbolista italiano Davide Astori. El fondo norte se llenó de bengalas en los prolegómenos y varias fases del partido.

Dos bajas muy sensibles, capitales, en el centro del campo de un Real Madrid que compareció a la gran batalla con Casemiro y Kovacic de medios puros, y Lucas y Asensio como volantes. El brasileño es un seguro porque auxilia siempre a todos y encima llega, pero el croata no termina de convencer en esa demarcación por esa tendencia natural a conducir en lugar de tocar y ofrecerse. Se ganó una tarjeta en el primer acto que le condicionó y debe aprender que debe correr siempre más el balón que él. Como en el primer asalto, la suplencia de Bale no hizo sino corroborar que el galés saldrá al mercado en verano.

Espoleado por una hinchada encendida, el PSG trató de llevar la iniciativa, pero sin partirse. Pidió en la previa Emery más corazón que cabeza, pero se lo tomaron con demasiada paciencia. Como si buscaran casi más la posibilidad de encajar algún gol tempranero que les dejara virtualmente eliminados que marcar pronto el primero y generar tensión en los campeones. Salvo algunos desajustes y pérdidas de balón aisladas, el Madrid se manejó con solvencia ya en el primer acto.

El duelo, muy de tanteo entonces, se agitó sobre todo por alguna internada de Cristiano, siempre él, y un par de jugadas en las que Di María y Mbappé, que alternaron sus posiciones en las bandas, le ganaron la espalda más a Marcelo que a Carvajal. La mejor ocasión la tuvo Benzema, cuyo regreso a Francia despertó curiosidad y recelo. Se plantó en el área tras un gran pase de Marcelo en profundidad, pero, escorado, no supo batir entre sus piernas a Areola. El exportero del Villarreal abortó antes un toque sutil y de primeras de Ramos, a la salida de un córner. En el otro área, Mbappé fue quien no acertó ante Keylor, siempre atento y decidido.

No le quedaba otra al PSG que dar varios pasos adelante tras el descanso, pero enseguida el Madrid les golpeó. Una pérdida absurda de Alves, inexplicable en un jugador de su experiencia, preludió una contra de libro que dibujaron Asensio y Lucas, dos balas, y culminó Cristiano, de enorme cabezazo. Los cuartos ya aparecían en el horizonte y más cuando Verratti se ganó la segunda amarilla por tirarse y protestar airadamente a Felix Brych, el árbitro de la ‘duodécima’. Unos minutos de cierta relajación permitieron empatar a Cavani, casi de rebote, pero el Madrid ganó, por obra y gracia del omnipresente Casemiro. Y si no logró una goleada histórica fue porque Benzema fue un gatito en el área y Asensio y Lucas lanzaron a la madera.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios