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El grana Franceschi lanza a canasta en el Real Murcia- Morón jugado el pasado sábado. @REALMUBALONCESTO
Adaptación de oro a la LEB Plata

Adaptación de oro a la LEB Plata

El Real Murcia es colíder de una categoría en la que debuta, con siete victorias en nueve partidos

EMILIO SÁNCHEZ-BOLEA

MURCIA

Jueves, 23 de noviembre 2017, 01:39

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Cumplido casi un cuarto de la competición, un recién ascendido lidera, aunque no en solitario, la LEB Plata. Y lo hace en su temporada de debut, cuando unos meses atrás aún competía por confirmar que la EBA se le quedaba pequeña. Entonces conocido como CB Myrtia, ahora como Real Murcia, el grupo entrenado por Quini García es la revelación de la tercera máxima categoría del baloncesto español, de la que ha salido victorioso en siete de sus primeras nueve jornadas.

El último de estos siete triunfos, unido al tropiezo del Arcos Albacete, es el que le ha permitido tocar un liderato que comparte con los manchegos, otro de los equipos que está sorprendiendo en una competición muy abierta, pues, como los murcianos, tenían como principal objetivo conseguir la permanencia en una categoría que no perdona: cuatro de los dieciséis equipos que la conforman descenderán de manera directa a EBA.

  • 7 son las victorias en las primeras nueve jornadas para ser colíder.

  • 5 los jugadores que anotan por encima de los diez puntos por partido.

  • 2,9 son las recuperaciones que lleva de media Juan Ballesta, líder de la LEB Plata en este apartado.

Una quema que aún es pronto para despreciar, pero que permite al Real Murcia mirar por el espejo retrovisor a más del 90% de equipos de la clasificación y soñar con algo más, a tenor de los resultados, pero también del estado de forma: nadie encadena en estos momentos más triunfos seguidos que el recién ascendido equipo murciano.

Unos resultados en los que llama la atención, sin embargo, que a los de Quini García quienes más se les atragantan son los modestos: sus únicas dos derrotas han llegado frente al Basket Navarra, que ocupa la última de las plazas de la permanencia, y contra el CB Martorell, en posiciones de descenso y que solo ha ganado un partido, el que le enfrentó a un Real Murcia al que le endosó 97 puntos en una derrota por quince puntos de diferencia en el partido en que más lejos llegó el rival de los granas en el marcador.

Una preocupación menor, pues, de manera impropia para un equipo que se estrena en una categoría superior en la que también es debutante más de la mitad de su plantilla, y a alturas tan tempranas de la competición, el Real Murcia está demostrando tener tablas para jugar partidos apretados, ya que en cuatro de los cinco partidos que se han decidido por un margen de seis puntos o menos, la balanza se ha decantado de su lado.

Un fortín

Este crecimiento tiene mucho que ver con el fortín en que se ha convertido el Príncipe de Asturias, pues todos los partidos que ha acogido el coso murcianista se cuentan por victorias. El Real Murcia ha demostrado su versatilidad para adaptarse a los distintos tipos de partidos que se han dado. Ha demostrado poder dominar un partido de principio a fin sin dar tregua al rival, como cuando recibió en la primera jornada al Cambados gallego (89-76), poder aguantar en el partido hasta encontrar el momento en que asestar un golpe sobre la mesa, como el parcial de 20-9 en el segundo cuarto que dejó noqueado al Óbila (82-69), remontar partidos que se habían llegado a poner tan cuesta arriba como en el que el filial del Baskonia llegó a ir ganando por 16 puntos de diferencia (78-74), sufrir hasta el final como en la visita del Zamora (70-66) o reducir hasta la asfixia al Morón sevillano, un equipo que mezcla a ex ACB con jóvenes promesas y que apenas pasó del medio centenar de puntos (69-52).

En un equipo que conserva una base de siete jugadores del ascenso del año pasado -dos de ellos son vinculados del filial de Nacional- junto a cinco caras nuevas, la adaptación de los fichajes para crear una buena química está resultando fundamental. También dentro de la pista, donde Matagrano, Franceschi, Don y Flannery son cuatro de los cinco jugadores del equipo en dobles figuras de anotación de promedio, además de un Jasen con ocho años de experiencia en la ACB.

Un brillo ofensivo donde los puntos llegan desde el orden, ya que el Real Murcia es el segundo equipo de la competición que menos balones pierde por partido. Un ataque efectivo que viene precedido por la solidez defensiva, donde Juan Ballesta vuelve a liderar en robos de balón -2,9 por partido- una LEB Plata de la que ya fue su máximo 'ladrón' en 2015, cuando formaba filas en el Óbila.

Con siete victorias en nueve partidos, el grupo de Quini García se sitúa ya a solo cuatro del número de triunfos que marcaron la permanencia deportiva la temporada pasada.

Poniendo cada días más alto su techo, el Real Murcia se puede permitir incluso soñar con una Copa que solo disputan los dos primeros clasificados al término de la primera vuelta, posición que ahora mismo ostenta.

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