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El actor José Luis Gil. Moisés Fernández Acosta
José Luis Gil: «Cyranos hay tantos como actores quieran interpretarlo»

José Luis Gil: «Cyranos hay tantos como actores quieran interpretarlo»

El actor protagoniza el clásico teatral francés 'Cyrano de Bergerac' en Murcia y Cartagena, mañana y el sábado

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Jueves, 1 de marzo 2018, 02:15

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«Nunca -confiesa José Luis Gil (Zaragoza, 1957), actor de teatro, televisión, cine y doblaje- me había propuesto llevar al escenario a Cyrano, no por nada en especial, simplemente por no buscarme una frustración que me durara toda la vida. El personaje me enamoró cuando era un adolescente, y siempre me había interesaba como espectador y amante del teatro... El tiempo y la vida nos ha puesto ahora en el camino la posibilidad de levantar esta obra, a Alberto Castrillo-Ferrer, que conoce muy bien al personaje, y al resto del equipo, que nos pusimos en marcha con la intención de hacer algo que realmente nos emocionara y nos sacara, un poco, de ciertas rutinas del trabajo. Cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos ensayando. Nos sentimos encantados por cómo está yendo todo, porque este Cyrano, del que estamos orgullosos, lo queríamos exactamente así, y la respuesta del público está siendo francamente emocionante», añade Gil.

'Cyrano de Bergerac', el clásico francés dibujado con versos por el dramaturgo Edmond Rostand, es la obra que el actor, rostro conocido de la televisión por su trabajo en las comedias 'Aquí no hay quien viva' (Antena 3) -en 2006 recibió el premio de la Unión de Actores a mejor intérprete de televisión por su papel en esta ficción-, y 'La que se avecina' (Telecinco), protagoniza mañana en Murcia (Teatro Romea) y el sábado en Cartagena (Nuevo Teatro Circo) bajo las órdenes de Alberto Castrillo-Ferrer y junto a Ana Ruiz, con quien también compartió escenario en la reciente adaptación a las tablas de la comedia de Woody Allen 'Si la cosa funciona'.

  • Qué Representación de la obra teatral 'Cyrano de Bergerac', con José Luis Gil y Ana Ruiz.

  • Dónde y cuándo Mañana, a las 21.00 horas, en el Teatro Romea de Murcia (25, 22 y 15 euros); y el sábado, a las 21.30 horas, en el Nuevo Teatro Circo de Cartagena (20 y 24 euros).

A la Región, dice, la obra llega «perfecta, de verdad. Venimos de Sevilla, donde hemos estado cuatro días, en el maravilloso Teatro Lope de Vega, al que, además, he vuelto después de cuarenta y tantos años sin hacerlo; trabajé allí cuando era chaval. Y hemos logrado cuatro llenos impresionantes. Venimos absolutamente felices; la obra está en un punto justo, ya no hay dudas, al contrario, salimos a escena con la tranquilidad de que lo que hacemos lo disfrutamos. Le diría al público que vaya a vernos, que confíe en nosotros y que se deje llevar».

«¿Como hay libertad de expresión puedo decir lo que me da la gana? No»

«En Murcia y en la Región he estado con todas las obras que he hecho en los últimos 12 o 10 años; y la verdad es que me encanta»

«En Murcia y en toda la Región he estado con todas las obras que he hecho en los últimos doce o diez años, y no solo una vez, con tantos pueblos y teatros tan bonitos hemos hecho hasta minigiras -sonríe Gil-, y la verdad es que me encanta. El público va a ver las obras con un toque de aventura y esa sensación de 'a ver qué me dan'. Esa predisposición, para quienes estamos en el escenario, ¡es una maravilla!».

«Extrañamente cómodo»

«Con Cyrano -retoma el diálogo el actor sobre la propuesta que le trae a la Región-, me siento extrañamente cómodo, porque hay partes en las que coincido emocionalmente con él, pero en otras no tanto. Esa parte con la que menos coincido es un escudo con el que Cyrano se protege de todo lo que es el motor de su vida, que es el amor o desamor, como queramos llamarlo. Cyranos hay tantos como actores estén dispuestos a interpretarlo. Yo he procurado ser lo más abierto posible, no he ido con ningún prejuicio. Y lo cierto es que es un personaje muy claro, ves perfectamente cuándo disfruta, cuándo sufre, cuándo es intencionadamente altanero... Él está tremendamente enamorado de una mujer, pero se encuentra bloqueado por su sentido del ridículo, y prefiere vivir el amor a través de otra persona. Estamos hablando de una obra en verso en la que la palabra tiene mucha importancia y no se puede pasar de refilón por las frases, ahí todo lo que se dice tiene su importancia. Poco a poco, a base de acercarte al personaje te vas convirtiendo en él. Automáticamente, cuando te pones el sombrero empiezas a pensar como Cyrano y, sobre todo, a sentir como Cyrano. Este es un trabajo muy hermoso y muy bonito. Exige mucho, pero se disfruta tanto como se sufre. Es una gozada terminar la función con ese cansancio tan agradable».

-¿Cuánto de importante es para usted la palabra, tanto dentro como fuera del escenario?

-Mucho, mucho. Soy de los que se enfadan, a veces, cuando leen ciertas cosas o ven ciertos comportamientos en la gente pública. Parece que todos pueden decir lo que quieran y como quieran, y hacer lo que quieran en base no se sabe a qué. Pues no, no, no. Hay unos mínimos que se deben cumplir, unos mínimos de convivencia como los que cumples con tus padres cuando eres joven, como los que cumples con tus hermanos, con tu pareja, tus hijos o con tus amigos; además, eso no puede ser porque solo funciona en una dirección, que es la del interesado. ¿Como hay libertad de expresión puedo decir lo que me da la gana? No, porque si yo digo lo que me da la gana en la misma tesitura que usted, o quien sea, luego esa persona me va a decir que soy un imbécil. La comprensión no solo funciona en un sentido, tiene que funcionar en los dos. Luego, con respecto a la forma de hablar que tenemos en las redes sociales, creo que terminaremos cambiando el idioma, por lo menos el escrito, aunque creo que no cuesta nada poner las palabras enteras, otra cosa es que sepamos cómo son, que eso es lo que más me preocupa. En fin, creo que hay que volver a las raíces, como en el propio teatro. Hacer un 'Cyrano de Bergerac' o un clásico, sea cual sea, todos son obras maestras, es volver a las raíces del teatro, del lenguaje y de las sensaciones, porque de ellos se nutren todos los grandes autores que han venido después. Y Cyrano es una muestra inequívoca.

-¿Le gusta la esgrima?

-¡Sí! Pero es dura, y yo ya tengo una edad. Para preparar la obra estuvimos dos meses dando clases de formación básica, una hora diaria al terminar el día. Como deporte, es una pasada. Muy bonito.

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