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David Fernández en plena faena. JAVI CARRIÓN/ AGM
David Fernández, a hombros tras dos faenas de mucha entrega en Blanca

David Fernández, a hombros tras dos faenas de mucha entrega en Blanca

El diestro murciano ha cortado dos orejas

FRANCISCO OJADOS

Lunes, 14 de agosto 2017, 22:50

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El segundo festejo de la Feria de San Roque de Blanca finalizó con puerta grande para los murcianos David Fernández y Andreo Sánchez.

Abrió plaza un novillo toro de Hermanos Lozano, negro listón, jirón, que tuvo cuajo y un comportamiento típico del encaste núñez, rompiendo a bueno tras el puyazo, por cierto muy trasero. Novillo con transmisión y repetidor, pese a abrirse en la salida de los embroques, que le sirvió a David Fernández para torear a gusto en una faena iniciada por alto y que tuvo los momentos de mayor ligazón en series diestras bien hilvanadas con los de pecho. Unos ayudados por alto precedieron a la suerte suprema, abrochada con una espadazo entero después de una media tendida. Una oreja fue el premio que paseó al finalizar el ovacionado arrastre de bovino.

La tarde

Ganadería: Novillada con picadores mixta. Segunda de abono de la Feria de San Roque. Dos novillos toros de Hermanos Lozano y otros dos de El Cortijillo, y un becerro de El Pocico.

David Fernández: De nazareno y oro, una oreja y una oreja

Curro Durán: De verde botella y oro, vuelta al ruedo tras aviso y silencio tras dos avisos.

Andrés Sánchez: Dos orejas y rabo.

Incidencias: Más de media entrada. Andreo vistió de corto. Curro Durán sustituía a Juan Viriato. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio por Iván Fandiño.

El segundo de su lote, de El Cortijillo fue un castaño bien presentado, que recibió fuerte castigo en varas. Brindó el de Cehegín al público una faena en la que el burel marcó claramente las querencias, por lo que tuvo que desarrollarse en la puerta de chiqueros. Muchos pases por dentro y por alto, para aprovechar los viajes del animal, dieron contenido al trasteo, rematado con una espadazo desprendido y descabello. Sumó otro trofeo que le abría la puerta grande.

Gacho fue el segundo, de Hermanos Lozano. Se movió de salida y se lució de capa el sevillano Curro Durán, torero de dinastía que sustituía al anunciado Juan Viriato. Puso variedad en el quite por chicuelinas rematado con un farol y brindó a la empresa. Tuvo nobleza el astado, que se apagó cuando el diestro tomó la zurda. Antes hubo compostura y cierta templanza en las series de toreo en redondo, lo más notable de una faena descendente. Pinchó dos veces antes de la estocada en la puerta de toriles y se esfumó el posible trofeo.

Durán se lució a la verónica ante el zaíno que hizo último, que blandeó hasta derrumbarse en banderillas, por lo que fue protestado. Brindó a la concurrencia el de Utrera una faena de enfermero, de muleta a media altura para mantener en pie al cornúpeta. Con los aceros estuvo muy desacertado.

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