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Manuel Liñán, durante una actuación.
Manuel Liñán: «La bata de cola fue como ponerle piel a mi cuerpo»

Manuel Liñán: «La bata de cola fue como ponerle piel a mi cuerpo»

El bailarín y coreógrafo, Premio Nacional de Danza 2017, imparte desde hoy y hasta el domingo un curso de baile flamenco en Santiago de la Ribera

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Viernes, 16 de marzo 2018, 02:39

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No sabe cómo, pero el cuerpo se le amotinó desde pequeño con un afán de movimiento semejante al de las mareas o el incontenible del hambre. A Manuel Liñán (Granada, 1980) el baile se le afincó en la sangre y ya no puede reprimirlo ni cuando cierra de noche los ojos. Así repasa a oscuras giros y braceos, que le han llevado a sostener el Premio Nacional de Danza 2017 como colofón a una trayectoria reconocida por premios y crítica.

Desde hoy y hasta el domingo estará en la escuela de danza Yaiza de Santiago de la Ribera, donde impartirá un curso de baile flamenco. Este año recorrerá medio mundo con su último espectáculo, 'Baile de autor', nacido de uno de sus duermevelas con los fantasmas de la danza.

«Hasta en la playa bailo. Bailo psicológicamente. Bailo incluso en la cama. Todo es baile»

-Viene a la Región a impartir un curso, ¿le satisface enseñar?

-Me gusta un montón, sobre todo cuando hay ganas de recibir es muy satisfactorio. Suelo hacerlo bastante. Por Asia y por todas partes hay mucha afición e interés.

-¿Eso le confirma el futuro del género?

-Sí, y es superimportante que la gente pueda formarse, y hacerlo con distintos maestros. A mí me encanta que lo hagan no solo conmigo, porque de eso depende su futuro.

-¿Cómo supo que lo suyo era el baile?

-Fue poco a poco. Era adolescente y, después de bailar, sentía algo extraño. Yo era muy tímido y supe que la danza sería mi vehículo de expresión. Es tu cuerpo el que te pide ampliar tu lenguaje. Necesitas herramientas para contarlo. Tu cuerpo te lo pide.

-¿Qué necesita contar con el baile?, ¿qué le preocupa?

-En 'Reversible' me preocupaba ponerme en paz conmigo y con mi identidad. Tenía una forma de expresión que convivía entre lo femenino y lo masculino, que no encajaba. Me inquietaba, y quise ponerme al día y ponerme en paz. En 'Baile de autor' he querido bailar diferente. Sale de un mundo de sueños y fantasías. Otras veces se trata solo de bailar, de concretar las emociones.

-El mundo parece ir muy deprisa ahora, ¿la danza es una excepción o detecta cambios?

-La danza también cambia. Tenemos que tener más oportunidades para los que empiezan, porque hay muchas inquietudes, muchas ganas. Nos preocupa poner la danza a la máxima altura de expresión. Tenemos jóvenes promesas y presencia en festivales internacionales. Eso es signo de que está al día. Como en todos los tiempos, hay gente más abierta y más ortodoxa.

-¿El flamenco se abre a las nuevas ideas?

-Siempre hubo gente que se salía del tiesto. Una escuela clásica y una vanguardista. Aún hay miedo, pero es lo que hace crecer el arte. Y de hecho, conviven.

-Fue valiente bailando con bata de cola y mantón. ¿Cómo lo vivió?

-Lo viví con muchas sensaciones. Belén Maya [bailaora y coreógrafa] fue la inspiradora. Estaba seguro de querer hacerlo. Era un miedo que estaba ahí, inculcado desde siempre. Siempre tenía el peso del miedo a la reacción del público. Me sentí muy contento y satisfecho. Yo sentía que mi identidad era esa y lo quería compartir. Eso no quiere decir que se acepte del todo. Aún queda trabajo por hacer. Hay varias opiniones al respecto. Y sigue habiendo resquemor a que un hombre utilice la bata de cola, por una simple cuestión de aceptación de género, porque siempre fue un elemento de la mujer.

-¿Le hace sentir parte de esa rueda que hace girar el cambio de mentalidad?

-Sí. Si esto vale para seguir cambiando, me alegro. En las redes sociales aún hay comentarios homófobos, aunque se le ha dado poca importancia. Cuento con el apoyo de la crítica y el reconocimiento del público. Esto es como una puerta que se abre para que entre el aire.

-¿Y al margen de las opiniones, cómo vive la experiencia? ¿Siente que la bata de cola influye en su expresión?

-Es como ponerle piel a mi cuerpo. La bata de cola me complementa. No me cambia. Siempre fui consciente de que tenía una expresión femenina y masculina. Me reconforta y me refuerza para completar mi baile. La bata de cola y el mantón hay que saber moverlos.

-¿Cómo se transmite en su expresión lo que pasa en el mundo?

-Todo afecta. La sociedad va muy rápido. Me afecta sobre todo que no conservemos los valores humanos. Yo intento regocijarme en mi micromundo infantil de fantasías. Intento buscar en la infancia.

-¿Piensa como Ana María Matute, que la infancia dura toda la vida?

-Completamente. Ojalá así sea.

-¿Qué hace para quitarse las penas?

-Bailar. A todas horas. Para mí la danza lo es todo, es reírme, es compartir. En compañía o en solitario.

-¿Hay algo que le quite las ganas de bailar?

-Nada. Hasta en la playa bailo. Bailo psicológicamente. Bailo incluso en la cama. Bailo con los dedos. Repaso mentalmente formas y movimientos. Todo es baile.

-¿Cómo le ha caído el Premio Nacional de Danza?

-Fue un subidón, un sueño. Me llenó de fuerza y de energía. Me ayudó a echar la mirada atrás y darle sentido a todo lo vivido. También me deja claro que solo no soy nadie. Que para crecer necesito a los compañeros y la disciplina.

-¿Me cuenta por dónde irán sus pasos este año?

-Acabamos de estrenar 'Baile de autor' y lo llevaremos por varios escenarios, pero no digo más por si da mala suerte.

-¿Supersticioso?

-Supersticioso y maniático. Estoy intentando quitarme porque es una locura.

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