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María Isabel González, pitonisa de los púnicos. José María Rodríguez / AGM
«Las fiestas son más espectaculares, pero echo de menos los actos en el estadio»

«Las fiestas son más espectaculares, pero echo de menos los actos en el estadio»

María Isabel González. Logopeda y pitonisa del Oráculo de Tanit

rubén serrano

Cartagena

Martes, 19 de septiembre 2017, 09:45

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Nació en Ávila, vivía y trabajaba como logopeda en Madrid y pasaba las vacaciones de verano en el Mar Menor, «cuando había caballitos de mar y la gente te miraba mal porque venías de la capital». Pero un día de 1995, María Isabel González lo dejó «todo» y se instaló en Cartagena definitivamente. En la ciudad tiene un gabinete particular de logopedia infantil. «Mi madre me dijo que la mejor manera de integrarse en una nueva ciudad era a través de las fiestas, y eso hice». Desde entonces interpreta el papel de pitonisa del Oráculo de Tanit, representación que recrea el momento en que se predice la caída de Aníbal ante los romanos El acto es esta noche, a las nueve, en el escenario del puerto. González, una de las festeras más veteranas, también es vocal del Consejo Carthaginés, y la encargada de preparar las bodas de Aníbal e Himilce, que se celebraron anoche en el Muelle de Alfonso XII.

- Nueve años interpretando el mismo papel. ¿Cómo hace para reinventarse?

- El guión siempre es el mismo. La actriz que hace de Himilce sí cambia cada año, y hay que amoldarse a eso. Una veces son más jóvenes y otras, más maduras. Para dirigirte a ellas, en ocasiones el director te marca la línea a seguir: tienes que interpretar el papel siendo más suave, más comprensiva o más seria. Depende. En el momento en que empieza a sonar la música, te conviertes y te metes de lleno en el papel.

- ¿Qué siente cuando sube al escenario?

- El Oráculo de Tanit es para mí el acto más bonito de las fiestas de Carthagineses y Romanos. Es un acto muy sentido y llevamos el papel muy adentro. Me he adaptado muy bien.

- ¿Por qué sigue al pie del cañón?

- Ser la pitonisa del Oráculo es un orgullo muy grande, un gran privilegio.

- Usted es logopeda. ¿Alguna vez quiso ser actriz?

- Nunca. Yo a los escenarios me subo una vez al año, para hacer de pitonisa en el Oráculo de Tanit, y ya está. Yo soy logopeda y jamás me he planteado ser actriz. Estar en las fiestas lleva muchísimo trabajo, más del que la gente puede imaginar. Para organizar las bodas de Aníbal e Himilce, hemos renunciado a las vacaciones de agosto para ensayar y que todo esté a punto. Debemos ofrecer a los cartageneros la grandiosidad de las fiestas y sus actos. Pero, claro, no somos profesionales, hay que cuidarse la voz y es lógico que a veces metamos la pata.

- ¿Por qué es logopeda?

- Porque una vez escuché decir a una persona: «Deja a ese niño, ¿no ves que es tonto?». Aquello me dolió tanto, que desde ese momento tuve muy claro qué quería hacer con mi vida. Me dije a mí misma: «Hasta aquí hemos llegado», y desde el año 1984 empecé a trabajar en un gabinete privado. Trato todo lo que tiene que ver con trastornos de la comunicación, del neurodesarrollo, del lenguaje, de espectro autista, déficits de atención, síndromes... Somos seres humanos. Los que hablan son los loros, nosotros nos comunicamos.

- ¿La ciudad está adaptada para esas personas?

- Soy presidenta de la Guardía de Tanit, y nuestra carta de precios tiene pictogramas. Me encantaría que Cartagena fuera una ciudad más accesible, que todos los espacios públicos tuvieran pictogramas. Pero no solo para las personas con problemas de comunicación y lenguaje. Si yo voy a Oslo, por ejemplo, no tengo por qué saber el idioma y, sin embargo, tengo un mínimo de conocimiento y sé qué pedir en un restaurante, o a qué baño entrar, porque te lo indican los pictogramas. La sociedad no está preparada. La ciudad no es accesible a nivel motor, visual y de comunicación. Todo debería estar señalizado. Todo es muy oral y damos las cosas por hecho, pero no es así.

- Participa desde 1996. ¿Qué cambios ha notado en las fiestas?

- Han ganado en espectacularidad, pero echo de menos que cambien de ubicación y los actos se hagan en el estadio Cartagonova. Allí las bodas, con miles y miles de personas, tienen que ser preciosas. Aquí en el puerto no podemos participar todas las tropas, porque no hay sitio suficiente. ¿Que si han evolucionado las fiestas? Desde luego. Ya tenemos mejores infraestructuras y un buen campamento, y ahora todas las actividades se hacen en directo, no están grabadas.

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