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Cuaderno inmundo

La vigésima edición del premio de novela corta Salvador García Aguilar, que concede el Ayuntamiento de Rojales (Alicante), ha recaído en 'Escorpio', cuyo autor es un joven profesor y escritor argentino, ganador, entre otros, del premio Juan Rulfo de relatos

MANUEL CIFO

Lunes, 6 de marzo 2017, 21:49

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La vigésima edición del premio de novela corta Salvador García Aguilar, que concede el Ayuntamiento de Rojales (Alicante), ha recaído en 'Escorpio', cuyo autor es un joven profesor y escritor argentino, ganador, entre otros, del premio Juan Rulfo de relatos. Además de honrar la memoria de su paisano, una de las principales finalidades de este premio de novela es contribuir al descubrimiento de nuevos valores de la literatura en lengua castellana, algo que se ha confirmado una vez más en esta última edición.

Pereyro, que se confiesa admirador de Miguel de Unamuno y afirma que escribir es esencialmente un acto de soledad, nos ofrece una excelente alegoría de la agonía existencial, incluida la soledad, que viven muchas personas en la actualidad. Para ello, construye una arquitectura narrativa que gira en torno a dos personajes centrales: Albano di Marco, un periodista que vive los últimos momentos de su carrera profesional y al que le encomiendan escribir la predicción diaria de un signo del horóscopo, y el doctor Teerán, un secretario judicial que realiza continuas visitas a un psicoterapeuta, especialmente desde que murió su madre.

El cruce fortuito de las vidas de estos dos agonistas se produce gracias a las páginas del horóscopo. Albano decide escribir sobre el signo de Escorpio, que es precisamente el de Teerán, y este, necesitado de un mínimo rayo de esperanza, se aferra a las enigmáticas predicciones del periodista para salir a flote.

Además, este doble protagonismo permite contemplar la puesta en práctica de dos terapias paralelas: la que realiza el doctor Teerán con su psicoterapeuta y la que lleva a cabo Albano en las páginas de una especie de diario al que titula Cuaderno inmundo, comenzado a raíz de haber atropellado a un gato, un episodio absolutamente fortuito y muy unamuniano. A través de dichas terapias es como el novelista nos sitúa ante problemas existenciales como el miedo, la desconfianza, la angustia, la desesperanza, la libertad, el amor o la guerra.

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