Borrar
'La huida a Egipto', de Jan Brueghel 'El Joven'.
Ambiente navideño en el Museo Salzillo
CRÓNICA DE ACTUALIDAD

Ambiente navideño en el Museo Salzillo

El 'intercambio navideño' realizado entre el Museo Salzillo y el Museo de Bellas Artes de Bilbao resultará, sin duda, más que positivo para ambos implicados

PEDRO SOLER

Lunes, 5 de diciembre 2016, 23:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Una serie de cuadros del Museo de Bellas Artes de Bilbao reproduce la Navidad, desde el Renacimiento al Neoclasicismo. También, sesenta belenes originarios de países europeos reflejan el detalle sus métodos de realización

El 'intercambio navideño' realizado entre el Museo Salzillo y el Museo de Bellas Artes de Bilbao resultará, sin duda, más que positivo para ambos implicados. Pueden ser muchos los vascos que descubran en esas piezas casi diminutas del belén salzillesco una emocionante sensibilidad, a la hora de representar la Navidad; pero no tienen por qué ser menos los murcianos, que también capten variadas sensibilidades, en la exposición de pintura y de belenes, que viene mostrando el Museo Salzillo.

Sabido es que hasta Bilbao ha viajado el belén murciano, y que a Murcia ha llegado un conjunto de pinturas que integran la exposición denominada 'Nativitas Domini. Arte y devoción'. Una veintena de cuadros de muy diferentes tamaños y de etapas sucesivas, que arrancan con el Renacimiento y concluyen en el Neoclasicismo. Simplemente, la sucesión de estilos en el cultivo de la pintura es razón sobrada para que las obras expuestas oferten un similar respeto por la temática, pero que también aportan una notable variedad en el método expresivo.

No se trata de obras originales de los considerados como grandes maestros, de esas figuras señeras de los distintos estilos, pero sí estamos ante cuadros, muchos de ellos originales o relacionados con los talleres de artistas tan notables como Luca Giordano, Jan Brueghel 'El Joven' o David Ryckaert. Son obras que van mostrando los llamados misterios de la Navidad, en las que, si unas veces recogen escenas limitadas a los protagonistas principales, como el Niño Jesús, la Virgen, San José o los Reyes Magos, en otras, la presencia de personajes recubre todo el lienzo, entre ángeles, pastores, animales y unas figuras indefinidas, que proporcionan una memorable grandiosidad escénica al contenido. En otras obras predomina el paisaje lleno de profundidad, en el que, más que la escena navideña, lo que destaca con ímpetu es el sentido naturalista de la obra, porque junto a árboles gigantescos y cielos densos y dilatados, son las aves las que juegan, lógicamente, en los espacios aéreos, porque también se configuran como parte esencial de ese acontecimiento retratado.

Se hace difícil definir y detallar cada uno de los cuadros expuestos, porque expresan una riqueza que incluso, a la hora de fijarse en los objetos, hasta quieren situarnos en momentos contemporáneos, y, contemplando los rostros de la Virgen, el sueño del Niño Jesús o el asombro de San José, nos hacen dar el salto obligatorio a otras obras navideñas, que, seguro, los espectadores habrán contemplado en otros museos. El intenso cromatismo es también, a lo largo de las distintas etapas, como una invasión incontenible, que aporta fortaleza a los personajes y al entorno de la escenificación. Es una intensidad que deja espacios para que la luz penetre y llegue a iluminar las zonas principales. Quedan claras las distintas tendencias presentes en la exposición, porque, de la evocación clasicista del Renacimiento, se pasa al conglomerado del Barroco -es emblemático el cuadro 'La degollación de los Inocentes'-, y, de aquí, a la rigidez hierática del neoclasicismo.

La exposición se completa con dos pequeñas esculturas de la Virgen -Inmaculada y Dolorosa-, que hasta pueden dar una idea de cómo trabajaban los predecesores de Salzillo, sobre una temática que el escultor culminó con la máxima maestría.

Belenes europeos

El ambiente navideño del Museo Salzillo se completa con la exposición 'Belenes europeos', que se traduce en otro recorrido por múltiples formatos de la Navidad, a base de las pequeñas figuras del belén. Son sesenta repeticiones sobre un mismo tema, pero que nos descubre muy disímiles formatos, a la hora de resolverlo. Propiedad, en su mayor parte, del coleccionista José Fructuoso, el conjunto de piezas ofrece una riqueza expresiva, a la que los autores dedicaron su conocimiento exacto de la escultura y la ambientación precisa para enriquecer lo que tan elemental resulta dentro de la tradición navideña. Hay piezas que son de una simpleza absoluta; otras aparecen envueltas por la riqueza ambiental de un barroco espectacular, pero también las hay con unos toques recargados de infantilismo.

Podrá advertirse que se encuentra presente la belleza del belén napolitano, como bien demuestra el que perteneció a la familia García de Castro, pero también están presentes otros formatos procedentes de países de la Europa central, junto a representantes del tradicional y arraigado belenismo murciano, desde el siglo XVII a la actualidad, con autores conocido en este campo, como Ortigas, Cuenca, Griñán, Mirete, Liza, José Hernández, Nieves Martínez..., aunque tampoco faltan belenistas andaluces. Se trata de un recorrido preciosista por una tradición artística y religiosa, que sigue en pie.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios