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Vista general de ARCO, en una de sus ediciones.
La esperanza, puesta en ARCO

La esperanza, puesta en ARCO

Aunque para algunos se trate de una «novedad importante» poner en funcionamiento una 'página web', para que cualquiera pueda adquirir obras de arte, lo cierto es que ARCO, la Feria de Arte Contemporáneo, a celebrar en Madrid, el próximo febrero, no puede olvidar que también han brotado otras novedades que podrían dificultar el esplendor del certamen y el interés por las compras. 

PEDRO SOLER

Viernes, 17 de junio 2016, 08:06

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Aunque para algunos se trate de una «novedad importante» poner en funcionamiento una 'página web', para que cualquiera pueda adquirir obras de arte, lo cierto es que ARCO, la Feria de Arte Contemporáneo, a celebrar en Madrid, el próximo febrero, no puede olvidar que también han brotado otras novedades que podrían dificultar el esplendor del certamen y el interés por las compras.

El peso que sobre el mundo del arte descargó la subida del IVA, hasta el 21% ha transformado mentalidades, que manifestaban su interés por la pintura o escultura, no desde el ángulo primario de la comercialización, sino como centro de recreo y como contemplación del ingenio y de la belleza. Para galeristas y artistas españoles de toda consideración, este choque ha supuesto mucho más que un modo de colaborar; se ha convertido en un duro impedimento de supervivencia, que, de hecho, está afectando de modo muy directo a unas y a otros. La respuesta generalizada del mundillo artístico murciano a este revés se comprobaba en un reciente reportaje publicado en 'Ababol'. Y, en la práctica, es muy sencillo -y penoso- comprobar cómo el desinterés se ha organizado de un modo férreo, tanto que obstaculiza seriamente la adquisición de obras en las exposiciones comerciales. Sin duda, más que para los propios artistas, el duro varapalo lo sufrirán las galerías, que nunca podrán maniobrar con la agilidad necesaria para resistir. Y aunque los artistas sí puedan sobrevivir, esquivando el abono del IVA, no deben olvidar que se exponen -como ya alguien comentaba en el citado reportaje- a permanecer sometidos a las imposiciones económicas que los presuntos compradores y coleccionistas deseen aplicar. Un repulsivo peligro.

Pero, volviendo a ARCO, feria a la que, al menos hasta ahora, suelen acudir algunas galerías murcianas, a los participantes tampoco les preocupa que los presupuestos del certamen se hayan reducido. Lo que de verdad les asfixiaría será el hecho de que los países participantes -excepto los europeos, que se defenderán luchando igualitariamente- aplicaran sus respectivas tablas de impuestos, posiblemente por debajo de los asignados a los países comunitarios. O sea que acuarelas de Picasso -no limitemos propuestas- podrían presentarse en el mercado con muy distintas cotizaciones, no por una 'calidad homogénea', sino en función del origen de la galería proveedora.

Serán unas doscientas las galerías que asistirán a esta edición de ARCO, desde los lugares más distintos y alejados; pero han sido ocho, instaladas en Cataluña, las que han anunciado su renuncia a participar, porque, pese a las dificultades del momento, no se había llegado al acuerdo de lograr -de modo igualitario para todos los expositores- determinados beneficios. Manteniéndose en sus aspectos meramente artístico-económicos, estas galerías han querido eliminar cualquier tendencia a politizar su decisión, porque -lo decían bien claro- solo se trata de una cuestión de dinero.

¿Cómo se iniciará y concluirá esta trigésimo primera edición de ARCO, un auténtico referente -hasta ahora, al menos- en la cita con el arte, a nivel mundial? Es preciso aguardar resultados, que no expresen la condensación oficial, sino que capten impresiones y opiniones precisas de artistas y expositores. Al cabo de algunas semanas se comprobará, en un nivel homogéneo y de modo palpable la situación creada por los altos impuestos que sorprendieron a cuantos recurren al arte como medio de supervivencia.

Cierra soledad lorenzo

Iniciada, por esta vez, una ruta sobre un acontecimiento más alejado, no parece excesivo continuarlo con una noticia que pueda sorprender a bastantes cercanos artistas: se ha consumado el esperado cierre de la galería madrileña de Soledad Lorenzo. Aunque, por vez primera en su dilatada trayectoria, no estará presente en ARCO, no parece que exista relación directa con la nueva situación porque, ya en julio del pasado año, la propia galerista anunciaba que correría la cortina. No precisaba fecha, pero insinuaba que podría ser a finales de año. Se trata de un local que ha sido un punto de referencia a todos los niveles, también el internacional. Abierta en 1896, en Soledad Lorenzo han expuesto sus obras artistas tan destacados como Palazuelo, Barceló, Tapiès, Pérez Villalta y otros notables autores extranjeros. Y son muchos los que deseaban que sus trabajos ocuparan el espacio que ella dirigía.

La labor desarrollada no se limitaba a ofrecer una sala en las que pintores y escultores ofrecieran sus obras; además, con un olfato singular, Soledad Lorenzo supo erigirse en representante de primeras firmas mundiales. Por lo leído, será el periodista y poeta murciano Antonio Lucas, redactor de 'El Mundo', el encargado de escribir la biografía de tan destacada galerista.

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