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La experimentación animal es necesaria, aunque nos pese

La columna de la Academia ·

JUAN CARMELO GÓMEZ FERNÁNDEZ, ACADÉMICO NUMERARIO DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS

Lunes, 7 de mayo 2018, 23:13

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Un método fundamental para el avance de la investigación biológica y biomédica es el uso de animales de experimentación. Este ha venido siendo un modelo indispensable para comprender la bioquímica y fisiología de los animales y diseñar tratamientos para patologías, con la vista puesta en extrapolar estos conocimientos a las personas. Pero en los últimos años se ha venido adquiriendo consciencia de que los animales deben ser utilizados con mucha precaución y solamente en casos muy justificados y tratando siempre de minimizar sus sufrimientos. Para garantizar esto en España, como en toda la Unión Europea y en todos los países avanzados, existe una legislación muy exigente en este sentido. Además, los investigadores que quieran realizar investigación con animales de experimentación han de realizar un curso donde se les exige una serie de conocimientos y se les conciencia para la forma en que han de operar. Cualquier experimento que se quiera realizar con animales debe ser autorizado por los comités de expertos que valoran si son necesarios y si cumplirían la legislación vigente. Además, hay muchos experimentos que, hoy en día, se realizan con células en cultivo y también con modelos de animales inferiores como peces cebra.

Pese a todos estos avances y garantías para los animales los movimientos animalistas han reclamado en años recientes el fin de la experimentación animal a veces incluso de forma violenta. Lo malo es que, aunque tienen razón en que los animales con que se experimenta tienen siempre algún sufrimiento pese a todas las precauciones que se adoptan, no hay alternativa si queremos avanzar en nuestros conocimientos y en la forma de tratar enfermedades.

Precisamente cuando se cumple el 50 aniversario del primer trasplante de corazón en humanos, se pone de relieve que aquel trasplante fue precedido por numerosos experimentos con animales y de la misma forma cualquier avance en este campo deberá probarse antes con modelos animales. Nadie querría que un nuevo modo de trasplante de órganos se llevara a cabo con nuestros seres queridos o con nosotros mismos sin haberlo experimentado primero en animales y lo mismo puede decirse de un tratamiento para el cáncer o para cualquier otra patología.

Seguirá siendo necesario el uso de animales de experimentación. Eso, sí, cualquiera que sea el uso para el que requieran los animales deberán ser tratados con respeto y siguiendo las normativas protectoras existentes.

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