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LA COLUMNA DE LA ACADEMIA

Marcha por la ciencia

Una encuesta reciente sobre la percepción social de la Ciencia y la Tecnología realizada por la FECYT en España arrojaba un dato que no es para ser muy optimista, pues revelaba que tan solo un 18,5% de los hombres y un 13,5% de las mujeres manifiestan interés por la Ciencia

JUAN CARMELO GÓMEZ FERNÁNDEZ

Lunes, 1 de mayo 2017, 22:14

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Una encuesta reciente sobre la percepción social de la Ciencia y la Tecnología realizada por la FECYT en España arrojaba un dato que no es para ser muy optimista, pues revelaba que tan solo un 18,5% de los hombres y un 13,5% de las mujeres manifiestan interés por la Ciencia, interés que desciende entre los mayores de 64 años a tan solo un 6,4%. Este hecho puede explicar que en esta misma encuesta el 52,7% de los españoles crean que los productos homeopáticos son eficaces, cuando esto es imposible, porque estos productos son por definición prácticamente solo agua.

La escasa percepción de la Ciencia y por la cultura científica no es por desgracia privativa de España sino que es un problema internacional. Esta fue una de las razones por la que se celebró el pasado 22 de abril la denominada Marcha por la Ciencia en todo el mundo. Con motivo de esta marcha, que se celebró en diversas ciudades españolas, la Confederación Española de Sociedades Científicas elaboró un Manifiesto por la Ciencia para reclamar la atención de la sociedad y de la clase política sobre la importancia de la ciencia en el mundo actual y algunos de los peligros que la acechan. Entre estos peligros está el minusvalorar la ciencia y plegarse a pseudociencias como la homeopatía, el negarse a recibir vacunas y tantas otras. La minusvaloración de la Ciencia se traduce igualmente en la falta de interés de las autoridades para apoyarla y proporcionarle los medios que precisa. Por ello la Academia de Ciencias de la Región de Murcia se adhiere a las peticiones de COSCE, tales como la firma de un Pacto de Estado por la Ciencia, que desligue la Ciencia de los vaivenes políticos y la puesta en marcha de un ente realmente independiente de la Administración, que se encargue de la administración de la Ciencia, libre de los ciclos electorales. También que quienes deben tomar decisiones legislativas y ejecutivas en políticas científicas dispongan de información científica constante, suficiente y eficaz. E igualmente el reconocimiento del protagonismo y responsabilidad que la ciencia debe ejercer en la gestión política, con la eficacia que demandan los ciudadanos, mediante la restitución del Ministerio de Ciencia.

Evidentemente que todas estas medidas son fácilmente trasladables a nivel regional y van en la misma línea de las reivindicaciones que venimos sosteniendo continuadamente en nuestra Academia.

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