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El artista Pedro Cano posa junto a algunas de sus obras en su estudio en Blanca.
Seis años de arte en la Fundación
PINTURA

Seis años de arte en la Fundación

El Museo de Pedro Cano sigue ofreciendo a Blanca y a la Región actividades y exposiciones complementarias a la obra del pintor, pese a la falta de financiación

PEDRO SOLER

Lunes, 21 de noviembre 2016, 22:14

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«Nos mantenemos, gracias a él, y porque es un buen pintor, vivo y muy querido». Es lo que afirma con emoción la que fuera catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, Mari Carmen Sánchez Rojas, a la hora de resumir los seis años que ha cumplido la Fundación Pedro Cano, en Blanca, de la que es directora. Para ella, la obra de Pedro «es un arte al que se puede aplicar los calificativos de bello y que llega a cuantos se acercan a verlo».

Sin especiales celebraciones, lo cierto es que, a lo largo de la pasada semana, la fundación ha ofrecido exposiciones, concierto de guitarra, visitas guiadas, concurso de pintura para personas discapacitadas y la 'actuación' de Pedro Cano en directo, pintando una acuarela, que fue sorteada entre los asistentes. «Hemos tenido que ajustarnos a la austeridad, aunque ahora, en este aniversario, el pintor ha querido ofrecer una copa y poco más a cuantos asistieron a la celebración».

En contacto con la Fundación prácticamente desde el inicio, recuerda el deseo del reconocido pintor, junto a sus hermanos Pepe y Jesús, de donar a su pueblo una serie de cuadros, que conservaba en la llamada 'Casa Azul'. Entró en contacto con un arquitecto italiano para levantar un pequeño museo. «Hablamos -evoca Mari Carmen Sánchez Rojas- del tiempo de las vacas sagradas». Y cuenta cómo, cuando Pedro Cano le ofreció ser directora, aceptó «encantada, con mucho interés, pero de modo gratuito». Por entonces, el alcalde de Blanca Rafael Laorden había encargado al arquitecto Martín Lejarraga la construcción de un edificio para Museo del Papel. Se levantó y, cuando se vio que tal museo con esta finalidad no podía sostenerse, el alcalde contactó con Pedro y sus hermanos y les ofreció parte del edificio, que actualmente ocupa la Fundación, pero en el que también están el Conservatorio, la Escuela de Música y una guardería.

La obra del pintor blanqueño ocupa la planta baja, en la que se han expuesto series famosas como las dedicadas a las puertas de Roma y las de Blanca, y otros cuadros muy significativos. La primera planta acoge obras que siguen cierto orden cronológico. Y, en la segunda, están presentes los cuadernos de viajes del pintor, que, con motivo de este sexto aniversario, Pedro Cano ha cambiado buscando la reactivación de la sala. La planta última está dedicada a exposiciones temporales, que actualmente ocupa Rosana Sitcha.

La Fundación cuenta con una Asociación de Amigos, que abonan unas pequeñas cuotas, a los que Pedro Cano ofrece actividades especiales como agradecimiento. El pintor también realiza variadas actividades, como talleres de pintura, concursos para minusválidos y discapacitados, con entrega de diplomas; y la Fundación ofrece, desde hace tiempo, un cartel de acogida a refugiados, «porque queremos que la población musulmana que vive en Blanca sienta, como el resto del pueblo, que aquello es un terreno suyo. Y procuramos aceptar cuantas actividades se nos plantean, sean conciertos de un dueto, bandas de música, del Conservatorio... Estamos abiertos a las actividades propias de un museo».

Pese a tan constante y positiva movilidad, la Fundación Pedro Cano también sufre las inclemencias de la crisis. «La parte negativa -afirma Mari Carmen- es la falta de financiación. Dependemos, prácticamente, de limitados convenios con distintos ayuntamientos o con la Universidad de Murcia, y de la Asociación de Amigos. Y, aunque nos es imposible colaborar a la hora de transportar o asegurar obras de arte, no cesamos de montar exposiciones de muy buenos artistas. Creo que hacemos demasiadas filigranas, por lo que tengo que dar las gracias a muchos artistas que nos ofrecen sus exposiciones bajo esas condiciones. Ellos colaboran para que Fundación siga viva, y Pedro Cano organiza sus talleres públicos, en los que suele cobrar una pequeña cantidad. Entre todos seguimos adelante».

Mari Carmen Sánchez Rojas se muestra emocionada con su labor de directora desde su jubilación, algo que actualmente alterna con su colaboración con el Proyecto Hombres y con asociaciones de emigrantes en Los Rosales. «Considero una bendición que Pedro me ofreciera ese puesto, porque no hubiera podido estar alejada para siempre del arte, un mundo en el que he desarrollado mi vida profesional». Pese a las dificultades económicas, la Fundación prepara una exposición, ahora del fotógrafo Ángel Saura, y la relación prevista ya supera la programación del año próximo. «También -concluye- vamos a poner en marcha un proyecto ilusionante: ofrecer la sala de exposiciones para que los alumnos de Bellas Artes programen una con su esculturas y pinturas, y que se repita cada año».

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